Un pedacito de paraíso de 2.5 kilómetros de playas vírgenes en tonos turquesa y jade.
De alma campechana, en Champotón surge un nuevo paraíso emplazado entre selva y playas vírgenes.
Se llama Aak-Bal. Su nombre en maya significa "la fuente de todas las cosas nuevas". Este pedacito de paraíso de 2.5 kilómetros de playas vírgenes en tonos turquesa y jade y una alfombra pulcra de arena, que no le ves fin, se ubica en Champotón, a 45 minutos de la ciudad de Campeche.
Trescientas hectáreas de selva y manglares te dan la bienvenida en este complejo que además de hospedarte, te permite navegar en kayak para contemplar el atardecer, realizar caminatas en busca de tortugas golfinas desovando, o hacer una excursión hacia las zonas arqueológicas de Edzná y Calakmul, esta última localizada a cuatro horas por carretera. Para los más osados, hay expediciones de buceo arqueológico.
¿Dónde quedarse? En Aak-Bal, hasta el momento, opera con 40 suites de dos y tres recámaras, de estilo contemporáneo: colores crudos, maderas labradas a mano y ropa de cama en tonos encendidos que hacen juego con las imponentes vistas al Golfo de México.
Cuenta con dos restaurantes de especialidades: Carey y Puesta de Sol. El primero es una mezcla de cocina regional con ingredientes internacionales, bajo una gigantesca palapa tejida a mano. Puesta de Sol se va por las delicias del mar. Lo mejor es que podrás saborearla en la playa mientras se presentan los mejores atardeceres.
También, cuenta con tres bares, por si la noche se alarga y no quieres salir del complejo, aunque una opción que no deberías desperdiciar es ir al centro histórico de Campeche y caminar por toda la Calle 59, una peatonal donde se concentran restaurantes, barecitos, galerías de arte y tiendas para adquirir algún "souvenir".
Para los fanáticos de golf, se encontrarán con una obra maestra de clase mundial, diseñada por Jack Nicklaus.
El campo de 18 hoyos se encuentra distribuido alrededor de siete lagos y vestigios mayas que fueron hallados durante su construcción. Esta herencia arqueológica, nos aseguraron, se encuentra protegida en su totalidad por el INAH.
