Descubre... San Agustinillo, oaxaca
San Agustinillo es una playa oaxaqueña que combina romance y acción en la selva.
Agencias
El oleaje puede ser traicionero, como el resto de las corrientes del Océano Pacífico. Parece una invitación para que los surfistas dominen las olas y al mismo tiempo para que sólo algunos disfruten de la playa. Por las tardes, las señoras ofrecen las ricas pescadillas, mientras que las parejas disfrutan de la puesta del sol compartiendo una hamaca.
San Agustinillo, Oaxaca, es un pueblo pequeño, atractivo por su tranquilidad y su cercanía a las playas de Mazunte. Es hogar de varios hoteles boutique, entre ellos, Casa Aamori, de diseño rústico chic y sólo para adultos. Así disfrutarán solitos de las habitaciones espaciosas, decoradas con materiales naturales.
Su nuevo lounge es una opción si quieres tomar un par de tragos y probar unas tapas. Su restaurante se especializa en cocina oaxaqueña.
Desde los hoteles parten los recorridos a las poblaciones cercanas. El river hike es una de las actividades preferidas. Se trata de una caminata de 2.5 kilómetros en el Río San Francisco. Los amantes de los chapuzones, sin importar la edad, brincan y se sumergen en pozas naturales que parecen albercas de hidromasaje por la cantidad de burbujas que brotan a la superficie.
La excursión comienza a temprana hora del día. Para consentir a los participantes, se les reparte café orgánico y panes dulces horneados por una familia local. En el camino de terracería, se atraviesan cafetales y tramos de selva espesa.
El river hike se realiza en el municipio de Santa María Tonameca, a 35 kilómetros del pueblo de San Agustinillo.
Es un punto poco explorado por el hombre y rodeado de pequeñas comunidades en donde el zapoteco es la lengua predominante. Aún se ven mujeres fregando su ropa contra las rocas del río y niños jugando en sus aguas.
Los viajeros deben trepar rocas gigantes en las faldas de la Sierra Madre del Sur. Los saltos van desde los cuatro a los ocho metros de altura para caer en el caudal de agua fresca.
El regreso a San Agustinillo es al atardecer, a tiempo para descansar en alguna tumbona.
En la zona, también hay recorridos de rafting en el río Copalita y visitas a fincas cafetaleras.
El lugar ofrece servicios de lujo.
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