Columnas Social columnas editoriales SOCIALES

DON JOSÉ Y SU MASCOTA CHIQUITA

DR. LEONEL RODRÍGUEZ R.

"CUANDO MÁS CONOZCO A LOS HUMANOS MÁS QUIERO A MI MASCOTA".

Me topé con "ella" en uno de mis tantos recorridos que tengo para realizar mis entrenamientos en el deporte de caminar o trotar que realizo por el bulevar Río Nazas y por las calles aledañas al Parque Industrial Lagunero de Gómez Palacio, con tan sólo cruzar los dos puentes ya construidos y también por el vado del río en el cruce de la calle Falcón y la avenida Lázaro Cárdenas de este parque industrial, para ser más exactos, en el cruce de la calle Tamazula y la avenida Valle del Guadiana.

La primera vez que me topé con "ella" llamó mi atención, estaba echada; la tristeza que observé en sus ojos, que se reflejaba en su mirada, me conmovió. No se inmutó para nada cuando pasé trotando cerca de ella; al regreso, quise tomarle unas fotos, pero reaccionó rápidamente y se hizo la escurridiza.

En otra ocasión, la volví a observar, en la misma posición que la vez anterior, y a mi regreso, ya en pie en sus cuatro patas, pude observar que se trataba de una mascota hembra, una más de las que tanto y tanto me toca presenciar por todos los rumbos de la ciudad, deambulando la mayoría de las ocasiones sin rumbo fijo, sin pretender llegar a un destino.

Confieso, no dejo de sentir una profunda tristeza al ver a tantos de sus hermanos de su raza en las mismas condiciones, tal vez perdidas, extraviadas de lo que fue su hogar al lado de sus amos, de sus amitos que quizás estén tristes y llorando por su ausencia, esto pensando en una forma más que optimista, o tal vez, siendo abandonadas cuando éstos empezaron a crecer y ver que su manutención sale cara.

Sin pensar que lo que se invierte en el sostenimiento de una mascota, ésta nos los compensa con creces con el cariño, la lealtad y fidelidad que nos profesan, pero…

Por lo regular, solamente una y muy ocasionalmente dos veces a la semana, hago este recorrido; sin embargo, cuando pasaba por el lugar señalado, invariablemente me encontraba con "ella", no obstante en una ocasión llamó mi atención un adulto mayor a poca distancia de esta mascota y algunas croquetas esparcidas muy cerca del lugar.

La primera vez no pensé más allá, pero al ver en otras ocasiones al mismo señor muy cerca de "ella", surgió el pensamiento de que pudiera ser su dueño, su amo y ni tardo ni perezoso me atrevo, después de darle el buen día, a preguntarle que si era suya la mascota y para mi grata sorpresa me contesta afirmativamente, respuesta que mucha alegría me dio, al saber que "ella" tenía dueño, tenía amo.

Fue hasta la siguiente ocasión que me atrevo a reinterrogarlo y manifestarle que me había dado mucho gusto de que "ella" no era otra mascota más abandonada, tal vez perdida; después de una forma más que intempestiva, se aleja de mí y se dedica a pedir a los automovilistas alguna moneda, no tan sólo para él, sino también para comprarle algo de comida a su fiel compañera.

En otras ocasiones, le llegué a preguntar que si estaba esterilizada, a lo que contesta que no y que tal vez ya se encontraba preñada, agregando que ya en otras ocasiones había parido varias crías que lograba acomodar con algunos de sus conocidos. A sabiendas de que no le sería posible sufragar los gastos de una esterilización, le comenté que después de que saliera de su "actual preñez", yo lo orientaría para que se la esterilizaran sin costo alguno. Le di algún dinero para que le comprara unos kilos de croquetas.

Dejé de verlos por algunas semanas y después de que reanudo mis recorridos, en otra ocasión, me comenta de que "Chiquita", como así la llama, no estaba preñada, noticia que me dio mucho gusto y pensé en la forma de ayudar a este buen hombre a que se la esterilizaran.

El día 2 de septiembre, después de varias semanas de no realizar mis prácticas deportivas acostumbradas hacia la ciudad industrial, recorrí la avenida Tamazula hasta llegar a la calle del mismo nombre; inmediatamente, me encuentro con la avenida Valle del Guadiana y es allí donde me encuentro con don José.

Me llama la atención de que cerca, echada, no se encontrara su mascota "Chiquita", después de saludarlo, le pregunto por "ella" y me contesta con gran tristeza reflejada en su rostro, que ésta había fallecido el pasado lunes 24 de agosto a consecuencia de un padecimiento gastro intestinal agudo que en pocas horas la llevó a la muerte, sin darle oportunidad de llevarla a algún veterinario.

Al interrogarlo más a fondo, me informa que un amigo se la había regalado hacía poco más de dos años y desde entonces fue su fiel e inseparable compañera. A decir verdad, me dio tristeza por él, ya que fui testigo de que eran inseparables. Otro día que recorra esta misma ruta, le preguntaré en cuántas ocasiones la habían preñado, cuántos cachorros había tenido y qué había sido de ellos. Así mismo, le preguntaré qué final tuvieron sus restos… (Septiembre del 20l5).

leonelrodriguez42@live.com.mx

Leer más de Columnas Social

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1153095

elsiglo.mx