La fuerte caída de los precios internacionales del petróleo a finales de 2014 complicó el panorama para las finanzas públicas en México. La alta dependencia del Gobierno de los ingresos petroleros y los crecientes déficit y deuda públicos son signos de alerta para la economía mexicana.
En varias ocasiones a fines del año pasado y comienzos de este comenté sobre la urgencia de una reducción en el gasto público, ya que en un entorno de bajos precios del petróleo y mayores tasas de interés será insostenible mantenerlo por arriba del 25 por ciento o más del PIB, a menos que se contemplen más impuestos o mayor deuda.
En ese sentido, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció el 30 de enero medidas llamadas de "responsabilidad fiscal para mantener la estabilidad", donde reconoce que los nuevos niveles de precio de la mezcla mexicana de exportación de petróleo no corresponden al nivel de gasto aprobado para su ejecución en 2015.
Algunos denominaron a este ajuste al gasto como un recorte, pero en realidad no lo ha sido. La propuesta pretende disminuir el gasto programado para el año (respecto al aprobado por el Congreso) en 124.3 mil millones de pesos (mmp), equivalente al 0.7% del PIB, aplicable en su mayoría al gasto corriente de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, incluidas la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex).
No obstante, tanto Pemex como CFE, ahora Empresas Productivas del Estado, tienen, de acuerdo a la reforma energética, autonomía en materia presupuestal. Esto, de ser verdad, implicaría que los recortes a los gastos de estas dependencias, de 62 mmp para Pemex y de 10 mmp para CFE, son sólo sugerencias del gobierno federal que pudieran no materializarse.
Y esto último parece ser el caso hasta ahora, ya que los datos para el primer cuatrimestre del año muestran que el Gobierno no tiene prisa en cumplir con los recortes, ya que se gastaron 99.0 mmp más con respecto al calendario aprobado de Presupuesto de Egresos. En consecuencia, para cumplir con los recortes propuestos en enero, la reducción al gasto público en los ocho meses restantes del año tendría que ser de 223.3 mmp.
El Gobierno, sin embargo, no parece tener interés en que esto suceda. El 31 de marzo pasado la SHCP presentó al Congreso de la Unión los llamados Precriterios de Política Económica para el 2016.
Este documento presenta algunas cifras estimadas para el cierre de las finanzas públicas en 2015. Si bien no ofrece un número para el gasto público en términos nominales, se puede calcular con los datos que presenta para el PIB nominal y para el gasto como porcentaje del mismo. Este cálculo lleva a un gasto público estimado en Precriterios de 4,690.4 mmp para 2015, monto prácticamente idéntico al aprobado (4,694.7 mmp).
El recorte, por tanto, quedó en el olvido. Muy probablemente esto se debe a que la SHCP concluyó que podía eludir su compromiso de reducir el gasto este año debido a que la pérdida de ingresos por exportaciones de petróleo se compensa con los ingresos derivados de otras fuentes.
Primero, los provenientes de las coberturas petroleras para este año; segundo, la diferencia entre el precio al que se importa la gasolina y el precio al que se vende en el país; tercero, la depreciación del peso, que eleva los ingresos en pesos de las ventas externas de crudo; y cuarto, los mayores ingresos derivados de la reforma tributaria y los esfuerzos de fiscalización.
Esa visión quizá también la tengan para el 2016, aun cuando para entonces no se tendrá el beneficio de las coberturas petroleras. Considero que esa óptica es muy miope. Pasa por alto dos eventos que, sin duda, obligarán a reducir el gasto del Gobierno en los próximos años. El primero es el alza de las tasas de interés en Estados Unidos (EU), que elevará los gastos financieros del Gobierno y, a menos que se suban los impuestos o se contrate más deuda, requerirá disminuir el gasto no financiero.
Segundo, el Gobierno tiene un déficit público alto que ha financiado de manera creciente desde 2009 con capital externo. Este capital, sin embargo, estará menos dispuesto a venir a nuestro país cuando suban las tasas en EU, lo que a menos que elevemos más las tasas internas, obligará a tener un menor déficit.
El comunicado de Precriterios dice que el ajuste preventivo al gasto público (que hasta ahora no existe) es con miras a mejorar la elaboración del Presupuesto de Egresos de 2016. Ojalá que en este se tenga presente la necesidad de una reducción importante del gasto público no financiero, porque en los próximos años, aun cuando los ingresos en pesos sean similares, será más caro y complicado financiar el déficit público por el alza de las tasas de interés.