EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

'El Bogotazo', conflicto por la memoria

DAVID PÉREZ

"Fue un día terrible, todo el centro incendiado, la gente robaba, disparaba, todo era objeto para expresar la ira, la frustración, ese día todos formamos parte de la violencia, ese día la ciudad se convirtió en Bogotá de nadie, yo percibí un cambio en los que vivíamos en el centro, nadie fue amable y alegre después de ese día", me cuenta Carlos, de 78 años de edad, al acudir a las memorias de su adolescencia sobre lo que pasó el 9 de abril de 1958 en su ciudad natal y que es recordado como "El Bogotazo".

Esa fecha, a medio día, mataron a Jorge Eliécer Gaitán, saliendo de su oficina ubicada en los alrededores de la Plaza Bolívar, centro geográfico del imaginario colectivo contemporáneo de la capital de Colombia. El personaje asesinado era el líder moral de la oposición liberal, quien había unificado las causas de los campesinos y obreros, al mismo tiempo, de intelectuales opositores al Partido Conservador que entonces estaba en el poder. Con el grito de ¡Mataron a Gaitán! Se anunciaba la muerte del líder de las causas de las mayorías empobrecidas y explotadas.

Tras la noticia de la muerte de Gaitán, se desató en el centro de la ciudad una serie de hechos de violencia que desembocaron en incendio de edificios gubernamentales, saqueo de almacenes de comercio, destrucción de restaurantes, pero sobre todo muchos muertos, unos a manos del tumulto que participaba en los disturbios y que recibieron armas del cuerpo de policía que se sublevó, otros murieron por balas de las fuerzas oficiales que buscaban contener los disturbios. Días de caos siguieron al asesinato del líder político. Hasta ahora la versión oficial afirma que fue un asesino solitario quien mató a Eliécer Gaitán, y que ese mismo día el homicida fue linchado por la multitud.

La fecha que se conmemora mañana es causa de discusión. El Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia propone el año de 1958 como origen del actual conflicto social, en su informe "Basta Ya Colombia: Memorias de Guerra y Dignidad" difundido en 2013. Paradójicamente en dicho informe no se precisa por qué se hizo la selección del año del 58 como origen de la etapa inicial de la violencia, pero sí ofrece elementos para concluir que el proceso de violencia tiene un origen anterior a dicho año. El informe no afirma un origen y más bien confunde al respecto.

Personajes clave de distintos ámbitos de América Latina del siglo XX, han aportado su memoria sobre el 9 de abril en Bogotá. Fidel Castro comenta en sus memorias sobre aquellos días en los que pasó por la capital colombiana, y previos a su encuentro con Eliécer Gaitán, que: "Yo estaba acostumbrado a las protestas en Cuba cuando mataban a un estudiante, a un campesino. En otros países sucedía también así… Y cuando llegué a Colombia, me pareció raro que los periódicos publicaran noticias sobre 30 muertos en tal punto, 40 muertos en tal otro. Había una matanza diaria en Colombia".

Gabriel García Márquez, en sus memorias, "Vivir para contarla", sobre los hechos del 9 de abril, afirma: "Todo sueño de cambio social de fondo por el que había muerto Gaitán se esfumó entre los escombros humeantes de la ciudad. Los muertos en las calles de Bogotá, y por la represión oficial en los años siguientes, debieron ser más de un millón, además de la miseria y el exilio de tantos".

En agosto de 2013, en el marco de los diálogos entre el Gobierno y Las FARC, estas últimas propusieron una comisión que establezca la verdad de lo acontecido durante la violencia partidista, el origen de la actual contienda como resultado de dicho enfrentamiento fratricida, el porqué del surgimiento de las guerrillas y el desencadenamiento desde entonces del conflicto armado, y proponen que el período de estudio tenga origen en la ley 200 de 1936. Legislación de corte agrario que desató luchas violentas por la posición y explotación de la tierra. Algunos de estos conflictos terminaron en matanzas de campesinos para beneficio alternado de los partidos Conservador y Liberal.

La discusión no es por ponerle una fecha al origen del conflicto social, sino que la elección de un hecho en concreto fijaría una posición sobre quién está involucrado en el origen. Significa señalar a los responsables del inicio del proceso de violencia social y por lo tanto cual es el rostro original de las víctimas. Ponerle una fecha es iniciar un proceso que identifique las causas de la violencia y de las responsabilidades históricas. Por lo tanto, una selección "del inicio" influiría en el papel de los actuales actores del proceso de paz en términos de aplicación de la justicia a los involucrados en masacres, desapariciones, genocidios, magnicidios, reaparición simbólica y derecho a la verdad.

Un ejercicio de memoria no sólo es útil para tratar de encontrar el origen de un proceso ya superado, o que es tan añejo que ya no sabemos ni cómo entramos en él ni cómo podemos salir, y a causa del olvido recurrimos las memorias del pasado. La memoria puede ser, también, una herramienta sobre el presente, como claro elemento de denuncia y reclamo público de justicia y reparación. ¡Quien tenga memoria para recordar que recuerde!

Intercambiemos en twitter: @dtdavid

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1103449

elsiglo.mx