El camino hacia el arte

Amedeo Modigliani fue un pintor y escultor de origen italiano que se traslada a París y cuya obra es ampliamente conocida en la actualidad, dueño de un estilo único que no representa en la totalidad una tendencia con alguna corriente pictórica específica. Mantiene en sus obras el estilo único y característico que los hace sencillos de reconocer. Dedicado en su mayoría a la figura humana, los rasgos como cuellos alargados y rostros estilizados hacen de esta pintura imágenes dinámicas con una sensación ligera a la vista, aunado a un uso del color mesurado sin restarle vitalidad a la obra.

Es significativo mencionar que la biografía de Amedeo contiene episodios trágicos marcados por los desenfrenos y la enfermedad, es quizá por ello que su estilo de vida se ha llegado a equiparar con el estereotipo que se asocia con un artista bohemio, sin embargo su trabajo es digno de admirar por sí solo. Al mismo tiempo contrastan (los cuadros) con estas vivencias colmadas de altibajos emocionales, ya que las pinturas despiden un aire de tranquilidad o calma reflejada en la expresión facial y posturas relajadas de las personas que además de ser modelos era la gente cercana al pintor.

Las figuras estilizadas no están desde el inicio de su obra pictórica, se ha vinculado esta preferencia con un periodo de incursión en el arte de África y Camboya, también hay influencia de Cézanne, Klimt y el cubismo. Que lo lleva a desarrollar un estilo propio y una producción artística llena de magnetismo.

Entre sus obras más conocidas se encuentran una serie de desnudos que se expusieron en la galería de Berthe Weill, pero que tuvo que ser suspendida porque la obra se le consideró como indecente, sin embargo las líneas suavemente trazadas de las siluetas contrastan elegantemente con el fondo. En "Retrato de Paul Alexandre" se aprecia un fondo colorido verde con una sección roja que enmarca la figura de Paul, considerando que él se encuentra vestido de negro es una pintura con gran vivacidad además que la pincelada firme y vigorosa crea el efecto de movimiento. Sin duda su gran musa y modelo fue su también pareja Jeanne Hébuterne ya que existen numerosas obras que la retratan, imágenes con colores cálidos y trazos estilizados realzan la belleza de la joven, especialmente en "La mujer del artista" (1918), el rostro de ella se ve relajado pero su mirada se clava en el espectador y lejos de endurecer sus facciones atrae la vista hacia ella, cabe destacar que son pocos los cuadros en los que trabaja los ojos de ese modo, la mayoría se encuentran con una especie de borrones que hacen que la persona luzca retraída del momento.

Hubo una época que dedicó a la escultura, las formas que logró se asemejan en mucho sus figuras alargadas, "Cabeza" (1911) es prácticamente una de sus pinturas de rostros, sólo que con volumen, aunque fue poco tiempo de esta actividad porque el polvo que resultaba de las esculturas era dañino para su deteriorada salud.

El hecho que pintara a sus conocidos hace de su obra también una referencia al trato que tenía con los demás, se sabe que era una persona de trato afable, cautivador con las mujeres y auténtico en lo que hacía. Murió en París a consecuencia de una vida de excesos que asombró a muchos, pero que en el día de su funeral fueron a rendirle homenaje a un artista que en su obra plasmó la serenidad y el tacto de presentar a su círculo más cercano de amistades en una representación que perduraría más allá de sus treinta y cinco años de vida.