Rocanrol. Carlos Avilez y José Fors sobre el escenario, en el concierto de aniversario en Saltillo, el pasado fin de semana.
Noches de rock en el norte. Cuca, el grupo que irrumpió en la escena nacional con letras divertidas, 'riffs' pegajosos, poder en la batería y una actitud irreverente, continuó la celebración de sus 25 años con sendos conciertos en Saltillo y Monterrey.
El cielo nublado de la capital coahuilense daba la bienvenida a José Fors, Carlos Avilez, Nacho González y el recién agregado Alex Otaola, quienes en los primeros minutos del sábado arribaron al escenario dispuesto para su presentación en esa ciudad.
Casi 400 personas esperaban impacientes. Vulvox, Cheyen y Bestia María se encargaron de encender los ánimos previo a la llegada de la Cuca.
Escoltados por dos autos particulares, arribaron dos vagonetas; en la primera viajaban miembros del 'staff'; en la segunda, los músicos.
Tras un breve intro de la Cucamonga; parte de su última producción de larga duración, arrancaron con La Pucha Asesina y luego uno de los sencillos en promoción, Arre, Lulú.
Cuca dio un repaso por los éxitos de sus primeros discos y algunos de los temas recientes. Fors guiaba la fiesta e invitaba de vez en vez a los asistentes a cantar con él.
Así llegó En el nombre del rocanrol, para terminar de alborotar a los presentes.
"No me gusta cantarle a los políticos, prefiero cantarle a las cosas bonitas del país... a las gordibuenas", dijo José Fors antes de entonar una rola más.
Pasada la mitad del recital, llegó un momento relajado con La balada, coreada a todo pulmón.
Y luego una de sus canciones más populares, Alcohol y rocanrol, para lo que el cantante sobre el escenario pidió una cerveza para brindar.
Hijo del lechero, Implacable y la aclamadísima El son del dolor anunciaban que el fin estaba cerca. Los ánimos, en su mejor punto.
Y fue precisamente en una pizzería/bar donde José Fors y compañía interpretaron sus mejores temas con alcohol y rocanrol en la Cara de Pizza/rock.
Los cuatro músicos repartieron autógrafos desde arriba del entarimado y en su camino al 'backstage' se tomaron fotos con quien se les ponía enfrente.
La misión en Saltillo había sido cumplida. Luego de un descanso, al día siguiente en Monterrey hicieron lo propio en el festival Unión Libre.
