Si se trata de espectáculo y no como el churro que vimos el sábado anterior en Las Vegas, la NBA se encuentra a la orden del día con las semifinales de conferencia y en donde tanto los Bulls como los Wizards ya comenzaron a hacer temblar a Cleveland y a Atlanta, aunque ya habíamos comentado que en el Este toda la temporada fue una incongruencia, corroborando en la primera ronda después que a los Hawks los comenzaron a asustar en Brooklyn mientras que los de la capital se encargaron de embrujar a los Raptors.
El equipo de Mike Budenholzer se sacudió el encanto de los Hechiceros y puso las cosas al parejo el pasado martes y de todos es sabido que la escuadra de Georgia es un conjunto pequeño que se encuentra en marcha a pesar de que fueron los sembrados en la cima del Este y por la simple y sencilla razón de que carecen de un candidato al más valioso porque cuando se vive una situación de la que ya no hay salida, se requiere de un elemento que tome el rol que le corresponde porque cuando uno ve a jugadores como Paul Millsap o Kyle Korver, se piensa porque ellos no intentan algo fuera de lo común y por esa razón DeMarre Carroll le tiene que entrar al quite.
Y los Cavaliers se encuentran en un problema después de quedar fuera por lo que resta de la temporada Kevin Love y eso fue aprovechado por Pau Gasol y los Bulls por lo que LeBron James tendrá que poner más que amor propio por si quieren llegar a la final de conferencia.
En el Oeste, los Clippers ya se están pareciendo a ese churumbel que retorna de las vacaciones de verano, y sin darse cuenta, sus pantalones están por encima de los tobillos mientras que sus dedos de los pies se asoman por el frente de sus zapatos porque normalmente no se contempla cómo el líquido o el gas sale con fuerza de una abertura ya que la gente de Doc Rivers intenta conseguir todo.
Algo placentero era echarse a los Spurs que trataban de defender su título pero en el juego 7 se toparon ante el bramido de los aficionados de Los Ángeles, que sacaron la adrenalina en el momento adecuado para adormecer el dolor en el muslo por un tirón de uno de los mejores jugadores que hay como lo es el base Chris Paul y que, con todo el alarido de la gente, lo estimuló para seguir en la duela y dar la estocada final a Duncan, Ginóbili, Parker y compañía.
Es evidente que los Clippers son un equipo distinto como el que abrió la pretemporada en octubre y que todavía en febrero estaban escudriñando un sentido inclusive distinto al que abrió la contienda en los playoffs pero si de algo estamos seguros es que la escuadra de Hollywood es un equipo talentoso y que no se alarman a la primera señal de humo, y para muestra, que sin uno de sus estandartes, como es Paul, prendieron los focos de alarma en la duela de los Rockets.
Los Warriors dejarán en el camino a los Grizzlies simplemente porque tienen al MVP.
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