Este domingo, en el Toyota Center de Houston, saldrá el último finalista de conferencia por lo que sólo habrá cuatro sobrevivientes en la mejor liga del basquetbol que hay en el mundo y sin importar quién sea el que salga con los brazos en alto en la duela de los Rockets, todo estará en su lugar porque en el Este, y como lo habíamos comentando en alguna ocasión en este espacio, sólo Atlanta y Cleveland se veían como los únicos que daban la cara, en el otro lado, Golden State ya espera a los texanos o a la gente de Doc Rivers.
Si existe algo interesante por ver y no me refiero a la famosa Liga MX, los Clippers prácticamente han tentado al chamuco al dejar escapar una oportunidad de esas que ya no se presentan cuando tenían con la espalda contra la pared, a Kevin McHale y su banda, por lo que si algo deseaban y de eso estamos todos seguros, era que Griffin, Paul, Crawford y compañía, no querían viajar a la ciudad de los cohetes para decidir la serie.
Y por esta razón, es por la cual más nos gusta el "deporte ráfaga" ya que Houston perdía la serie 3-1 pero al margen de esta situación, Los Ángeles los borraron del mapa en los juegos 3 y 4 al vencerlos por diferencia de 25 y 33 puntos por lo que, bajo ese sentido, parecía que los Rockets ya habían arrojado la toalla y observando el sexto encuentro en el Staples Center, todo indicaba que en California se decidía quién era el campeón del Oeste.
La racha de 19 puntos del pasado día 14 en los últimos 15 minutos, ha sido la mayor remontada de los Rockets en playoffs recordando aquella de las finales del primer juego en contra de los Magos de Orlando (no le digan La Magia) regresando de un déficit de 20 puntos cuando en 1995, sus inertes predecesores ya estaban hartos de trotar por la cuerda floja sin red encaminándose a un segundo título consecutivo con el "Chino" Cassell, Drexler y el africano Hakeem Olajuwon.
Pero independientemente de todo lo que llegue a ocurrir hoy en Houston, no nos cansamos de paladear después de la manera como los Cavaliers y los Hawks, dieron cuenta de los Bulls y los Wizards y aunque a muchos no les simpatice LeBron porque estando la serie a favor de Chicago 2-1 y con la posibilidad de poner la penúltima tachuela en el sarcófago, la estrella de Cleveland con el reloj casi en cero y el balón en el aire, encestó la de la victoria para calmar las aguas mientras que el dominicano Al Horford y también con el cronómetro ya por expirar, puso el balón dentro del aro para emparejar la serie y bajarle el humo a Paul Pierce y todos los hechiceros.
¿Hay algo mejor que disfrutar a Curry con los Warriors?
rjcerpa@hotmail.com
