Este lunes 29 en el pasto sagrado de Londres, comienza el mejor torneo de tenis que existe en la actualidad al arrancar el tercer Grand Slam de la temporada de la ATP y aunque sabemos que ocurren cuatro muestras consideradas de lo más sublime en todo el año de las raquetas, el campeonato en el Reino Unido es la exposición de la crema y nata del deporte blanco con el respeto que se merecen Melbourne, París y Nueva York.
Wimbledon es el certamen más añejo ya que se lleva a cabo desde 1877 y es, de igual forma, el de más realce en todo el globo terráqueo y que por testimonio, leyenda y efectos, destaca una de entre todos como lo es Roger Federer quién es el heptacampeón del torneo británico y que, inevitablemente, el apelativo de la catedral del tenis, lleva tiempo adherido a la del tenista suizo.
El de Basilea es el deportista más condecorado en el All England Club y que sin duda, otra vez relucirá sobre el césped más considerable de toda la gira con el único objetivo que va de acuerdo a su altura como es agregar a su estante, su Grand Slam número 18 pero de antemano, está consciente de que tal vez, sea la última posta para dejar de ser el soberano del pasto dilecto y convertirse en la leyenda más grande en la vida del tenis.
En Roland Garrós, Federer dijo adiós antes de tiempo en cuartos y nada más con quien resultó el vencedor del torneo de París su paisano Stan Wawrinka pero desde esa ocasión, el suizo sólo piensa en Londres donde estuvo muy cerca en el 2014 pero si quiere en verdad ganar otro torneo, no es más que el abierto británico porque el tiempo puede cobrar factura ya que, el próximo 8 de agosto, estará en 34 años.
Y es muy extraño para imaginar que Djokovic, Murray y el mismo Federer, se equivoquen al mismo tiempo lo que hace suponer que sus designaciones son muy fuertes y con toda posibilidad, las más ajustadas a la realidad y pensando en el serbio, almacena ya tres temporadas y la mitad de una, sin llevarse dos de los grandes en la misma campaña y que después de su inolvidable 2011, a nadie le queda la menor duda de que es el apropiado en la rama varonil en los últimos cinco años encontrándose con un 2015 extraordinario a pesar de haber caído en la final en París.
Y el otro sería el escocés quién arriba a lo que casi es su casa, de manera inmejorable volviendo a triunfar en Queen→ s y tal vez sea el tenista más íntegro agregando movimiento y equilibrio en la hierba con juego profundo y empuje por lo que ahora ya recuperando su forma de pensar al momento de atacar y esa estabilidad que es tan importante en el tenis, parece que ganarle tres sets a Murray, se ve un plan reservado a unos cuantos.
Y atrás, una lucha por ponerse un antifaz pensando tal vez que si Wawrinka le dio un giro de 360 grados a la superficie más lenta, el pasto londinense podría repetir semifinales impensables con Janowicz hace dos años así con Dimitrov o Raonic por citar algunos ejemplos.
¿Y Nadal?
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