Cuando nos encontramos a escasas dos semanas de que la temporada del beisbol de las grandes ligas se parta en dos, ya se ve el panorama algo obscuro para algunos equipos que con toda probabilidad, ya estarán pensando en el 2016 así como el deshacerse de algunos peloteros para acomodarlos en el último día de asignación y reducir los gastos de nómina que, hablando de este concepto, la escuadra que tiene el pago más alto de la gran carpa como son los Dodgers, siguen tratando de ser ese conjunto que la mayoría pensaba que navegaría sobre aguas tranquilas no sólo en el oeste del viejo circuito sino en todo el beisbol.
En este 2015, se van a cumplir 27 largos años en que el popular equipo angelino no gana una Serie Mundial y que después de aquel 1988, no han podido llegar a jugar un "clásico de otoño" cuando derrotaron a los Atléticos en cinco juegos en un inolvidable primer encuentro cuando la escuadra de Oakland a sólo un strike de la victoria y teniendo en la loma al que en ese entonces era el "apaga fuegos" de lujo Dennis Eckersley, se enfrentaba al emergente Kirk Gibson que fue llamado de la caseta por Tom LaSorda y con su rodilla hecha polvo, le pescó un lanzamiento al relevista del equipo de la bahía, y la depositó a las gradas del jardín derecho para darle la primera victoria a Los Ángeles y de ahí, el equipo de Tony La Russa ya no se pudo levantar.
Pero ¿Cuál ha sido la razón por lo que los Dodgers no se han podido establecer desde ese entonces? En el "rey de los deportes" existen lo que muchos llaman maldiciones que bajo este concepto, todo indica que es un padecimiento que se sufre por muchos años tal como le sucedió a los Medias Rojas que después de un largo tiempo, se pudieron deshacer de la famosa "maldición del bambino" en el 2004 quitándose esa malaria ya que posteriormente, ganaron dos Series Mundiales.
Así también está la que aún se encuentra vigente como es la que viven los Cachorros con la llamada "maldición de la cabra" que data desde el año de 1945 cuando jugando en contra de los Tigres, al dueño de una taberna de nombre Billy→ s Goat, no lo dejaron entrar al Wrigley Field con una cabra al estadio y les lanzó una advertencia de que nunca ganarían un "clásico de otoño".
Pero ahora con los Dodgers han pasado más de dos décadas sin saborear una Serie Mundial y parece que la manera como dejó al equipo el que es a mi gusto el mejor beisbolista mexicano de todos los tiempos como lo es Fernando Valenzuela, se quedó impregnado como una condenación porque es muy insólito de que un jugador que marcó toda una cronología en la escuadra angelina como el sonorense, no hayan retirado su famoso número 34 aunque nadie lo puede usar pero la forma como terminó su ilustre carrera en grandes ligas con el equipo de sus amores, todo indica que tiene a Los Ángeles sujeto a tal maldición.
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