Sin duda que los deportes de mayor atracción para nuestros vecinos del norte, son casi a la par, el futbol americano y el beisbol no obstante, existen varias ciudades que tienen el privilegio de contar con representantes en ambas disciplinas pero el verdadero culmen para los aficionados de poder presumir de que son los más intocables, es que sus escuadras ganen la serie mundial y en esa temporada, el Super Bowl.
Aún recordamos en el año de 1979, la campanada de los Piratas de Pittsburgh cuando vencieron en la serie mundial a los Orioles de Baltimore con aquella famosa frase que hizo el que fue el jugador más valioso Willie Stargell "we are familiy" y donde militaba el nacido en Santa Rosalía, B.C.S., pero avecindado en nuestra región Enrique "El huevo" Romo sin embargo lo mejor que le sucedió a la afición de Pensilvania es que, saboreando la conquista del "clásico de otoño", los Acereros en esa misma temporada, derrotaron a los Carneros en el Super Bowl XIV teniendo aún la imagen de Lynn Swann quien en la banca ya con el Vince Lombardi logrado, se colocó una gorra de los Piratas.
Después ya con todas las celebraciones, se vendieron playeras con la leyenda: "Pittsburgh, la ciudad de los campeones" mostrando los aficionados, el orgullo de ser parte de algo que se considera inusual en el mundo de los deportes en la unión americana y que sólo después en 1986, los Mets se llevaron el título del beisbol dramáticamente venciendo a Boston y en esa temporada de la NFL, los Gigantes con nuestro paisano Raúl Allegre, se llevaron el Súper Domingo XXI derrotando a Denver así como los Medias Rojas se deshicieron de "la maldición del bambino" conquistando por fin "el rey de los deportes" en el 2004 y posteriormente, los Patriotas se llevaron el Super Bowl XXXIX venciendo a las Águilas.
¿Pero a qué viene todo esto? En que hay fines de semana en esta atmósfera que tanto nos apasiona, que ya no quieres que vuelvan a suceder porque primero Santos Laguna que sigue siendo el actual monarca del futbol, se le ocurre perder un encuentro de ésos que ni se te ocurra pero para que la cola del chamuco se termine de meter, resulta que los Vaqueros tenían en sus manos la oportunidad de volver al playoff, y sólo fueron a hacer el papelón a la frontera para dejar la temporada en el suspiro de sus nobles aficionados.
¿Por qué el equipo que nos representa en el circuito de verano del beisbol se vino hacia abajo? Cuando las cosas parecían que Lino Rivera los llevaba otra vez a la fiesta, de repente comienzan a hacer a lo que ya nos tienen acostumbrados y cortan el hilo por lo más delgado y se traen a Mario Mendoza que parecía que los levantaba (qué raro que con él sí y con el boricua no) pero tenían que ser los de Monterrey, los que obligaron a que fueran a Tijuana para algo que se tornaba embarazoso.
Mejor aquí me quedo para ver cuándo tendremos el orgullo de decir que la comarca, es la región de los campeones.
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