La pregunta que hace tiempo circula en los altos niveles de la política y las finanzas es cuándo se concretará la salida del gabinete del secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
No es tanto la cuestión de si dejará o no el puesto, sino cuándo ocurrirá su renuncia ante el errático desempeño del amigo y colaborador más cercano del presidente Enrique Peña Nieto.En poco más de dos años de gobierno apenas el pasado mes de enero se registró la primera sacudida del equipo presidencial cuando Jorge Carlos Ramírez Marín, secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, dejó el cargo al entonces procurador general de la República, Jesús Murillo Karam.
Ramírez se fue a pelear una diputación plurinominal mientras que Murillo Karam fue el primer "sacrificado" del círculo íntimo de Peña Nieto ante los embates por la crisis política y social del caso Ayotzinapa.
Murillo, junto a Videgaray y al secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, integraban el grupo de los más allegados al primer mandatario y por ende se especulaba que de este trío saldría el candidato presidencial del PRI en 2018.
Pero los tiempos y las circunstancias han cambiado. El exprocurador no tuvo el éxito deseado ante la trágica muerte de los 43 normalistas mientras que Videgaray camina sobre la cuerda floja y según los analistas será cuestión de tiempo para que se concrete su renuncia.
Videgaray fue el hombre fuerte del gabinete de Peña Nieto durante su gobierno en el Estado de México y con el mismo perfil arrancó desde la designación del mexiquense como candidato presidencial.
El secretario de Hacienda fue coordinador de la campaña y luego llegó al gabinete como el brazo derecho del primer mandatario al lado de Osorio Chong, quien fungía como el número dos en el gabinete presidencial.
Hoy las circunstancias han cambiado, Videgaray no ha brindado los resultados esperados: las metas de crecimiento no se han cumplido en los últimos dos años a pesar de que Estados Unidos ya inició su recuperación.La reforma fiscal del 2014 propuesta por Videgaray resultó contraproducente para la economía que sigue atorada en varios de los sectores más importantes.
Videgaray desató gran escándalo con la denuncia de su casa en el club de golf Malinalco que adquirió con un crédito preferencial por parte del Grupo Higa, contratista ligado a los gobiernos de Peña Nieto.
Y para rematar se vino la crisis del petróleo que complicará todavía más el manejo de la economía mexicana y sus expectativas de crecimiento.
Vistas así las cosas resulta prácticamente insostenible la permanencia de Videgaray en uno de los cargos más importantes del gabinete, pero que por lo mismo requiere un jinete efectivo sin enredos políticos.
De concretarse el cambio en Hacienda, el secretario Osorio quedará prácticamente solo en la carrera presidencial de 2018 para colocarlo en una posición envidiable pero a la vez muy vulnerable.
En un acto de audacia política, Osorio presentó su renuncia a Peña Nieto en diciembre pasado ante la crisis política que atravesaba el gobierno federal.
Pero no la aceptó seguramente porque no era el momento adecuado y porque a decir verdad Osorio ha cumplido su encomienda con seriedad, entrega y lealtad.
A pesar de altibajos, afrontó con decisión los más graves conflictos de esta administración como son las crisis de Michoacán, Guerrero y de los maestros.
Ahora bien, ¿quién podría llegar en el lugar de Videgaray? No hay que descartar un enroque con el actual secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, quien ya ocupó esa cartera en el sexenio de Felipe Caderón.
Otra posibilidad será que Videgaray emigre al Banco de México como subgobernador y se prepare para revelar al actual titular Agustín Carstens, quien concluye su primer período el próximo 31 de diciembre.
En fin, será cuestión de esperar porque de acuerdo a todos los indicios el cambio en Hacienda es inminente y necesario para el país.
APUNTE FINAL
Tienen razón quienes auguran que las campañas de 2015 serán las más sucias, las más negras y a la vez las más competidas de la historia en México... Es evidente que los partidos están haciendo todo lo posible por ocultar los gastos de campaña utilizando recursos en efectivo que apenas ellos conocen su procedencia...
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