ENTRADA.- El que fuera no hace mucho tiempo un decoroso oficio o profesión parece que ha dejado de serlo. Aquel fue el noble trabajo de escribiente, notario o fedatario ha pasado a mejor vida. El notariado, de ser una profesión libre y respetada en la comunidad, se ha trocado en otra y muy diferente. Abrumado con nuevas leyes y normas de carácter federal, estatal y municipal su tarea es hoy casi y puramente recaudadora de impuestos y derechos.
SOPA.- El notario, además de ser el responsable y vigilante de que los contratantes paguen todos los impuestos y derechos que cause el acto jurídico celebrado, asume una responsabilidad solidaria frente al fisco en el pago de los impuestos y derechos que deben ser enterados por las partes contratantes.
A todas estas tan delicadas responsabilidades que el fisco federal ha puesto a cargo de los notarios ahora, ahora le obliga cumpla con funciones de investigador policiaco respecto de los orígenes del dinero con que las partes contratantes cumplen las obligaciones contraídas.
PLATO FUERTE.-Resulta que ante la incapacidad del fisco federal y de la Procuraduría General de la República para cumplir con las obligaciones que les impone la Constitución, la legislación penal y las leyes especiales sobre la investigación y seguimiento del lavado de dinero o de recursos de procedencia ilícita, tomó la decisión de que los notarios fueran también responsables encargados de funciones que no les corresponden, tal y como si se tratara de un ministerio publico investigador, el origen y cuál es la procedencia de esos dineros con que las partes ocurren a la notaría a cumplir con las obligaciones contraídas.
Estas nuevas responsabilidades ponen al notario en una grave situación de corresponsabilidad que tiene alcances penales respecto de casi todos los actos jurídicos en donde otorga su fe pública.
La ley viene obligando al notario a que de inmediato y vía sistemas de Internet, comunique a las autoridades fiscales y ministeriales de todos y cada uno de los actos jurídicos celebrados ante su fe notarial y de no hacerlo o hacerlo con errores o imprecisiones, se hará acreedor a graves sanciones.
Si la corresponsabilidad fiscal ya era una grave carga para el notario, ahora con las leyes sobre el lavado de dinero y de recursos de procedencia ilícita se encuentra a diario en el mero filo de la navaja.
Si a todo esto agregamos las cuotas y ayudas que esta anualmente obligado pagar a la Asociación Nacional del Notariado, so pena de quedar automáticamente fuera del circuito de notarios del Infonavit o el Fovissste, su estado de independencia queda totalmente anulado.
Ahora y para colmo, resulta que el Lic. Armando Javier Prado Delgado quien se ostenta como el Presidente del notariado de Coahuila sin que nadie lo haya elegido para tal cargo, por lo menos por parte de los notarios de la Comarca Lagunera y ni los de Torreón, se soltó el pelo para cobrarles $ 3,250.00 pesos por la simple expedición de un carta constancia de que el notario no tiene adeudos o cuotas pendientes con el notariado de Coahuila.
Este cobro es absolutamente ilegal, arbitrario y sin fundamento en ley alguna o reglamento que haya sido aprobado por los mismos notarios. Este cobro es arbitrario en razón que el notariado de Saltillo que representa el Lic. Armando Javier Prado Delgado, (que no al de Coahuila) no tiene facultad legal alguna para cobrarle al notariado de La Laguna $ 3,250.00 pesos por la expedición de una simple carta constancia. Esa carta la debería expedirla, en su caso, el Colegio de Notarios de Torreón. A mayor abundamiento este concepto representó, si hay aproximadamente 254 notarios en Coahuila, la no despreciable suma de $ 671,500.00 pesos, cantidad de dinero que nadie sabe cómo se maneja ni cuál es su verdadero destino, cosa que también estaría pendiente de aclarar el Lic. Prado.
Esperamos que el notariado de Torreón se ponga las pilas y reclame la devolución de los $3,250,00 pesos que pago cada fedatario de Torreón a Saltillo.
POSTRE.- Como se podrá ver, la falta de unión y solidaridad del notariado en la Comarca Lagunera de Coahuila ha tenido y tendrá muy malas y nefastas consecuencias para todos los fedatarios; pero la desunión parece ser ahora la nota distintiva.
DIGESTIVO.- Como se podrá ver el notariado no pasa por sus mejores momentos.