EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

El PAN y su nuevo presidente

JULIO FAESLER

La participación en un programa de televisión que tuvo hace unos días Ricardo Anaya, el nuevo presidente del PAN fue a todas luces brillante. Sirvió para infundir nueva confianza en su partido como factor indispensable en la evolución política del país que parece haber entrado en un profundo letargo, a la vez que para la oposición fue una prueba de cómo la sangre joven se apresta a renovar un partido que está cumpliendo 76 años de vida.

En sus respuestas a las preguntas que se le formularon Anaya respondió con concisión sin dejar fuera los temas más preocupantes como el de la corrupción que se ha adueñado del escenario nacional, el clima de violencia e inseguridad que amedrenta a la ciudadanía, o los efectos de la caída en el precio del petróleo en el presupuesto nacional.

Dejar en claro que el PAN no solo está librando el reto de recobrar su antiguo prestigio como paladín de los altos valores en la actividad política que más que nunca la coyuntura le exige, es en sí el primer paso necesario para contribuir a la confianza ciudadana en esta ya madura institución.

El año que se avecina es singular por el buen número de gubernaturas que una recelosa ciudadanía tiene que resolver. El clima de general insatisfacción que priva en el país hace que se anticipe como nunca antes especulaciones sobre las elecciones presidenciales de 2018.

Hay otro elemento que se presenta y es el de los escenarios que están fuera de México y que van requiriendo una atención por parte de nuestro gobierno y del PAN. Los acontecimientos recientes, algunos trágicos como el de la muerte de ocho mexicanos en Egipto, una de las víctimas por cierto, una exdiputada panista, y otros problemas que nos repercuten como la confrontación entre Venezuela y Colombia, o la transición cubana, que por igual nos llegan.

El drama de las migraciones hacia Europa desde Siria o África, tampoco nos es ajena; pues tanto el Senado de la República como las autoridades religiosas han aludido a la solidaridad que nos lleva a participar en un movimiento internacional para recibir en México algunos contingentes de desamparados.

México no puede permanecer insensible o desinteresado frente a todas estas situaciones de índole social y político que se presentan en el marco internacional. Se requiere reaccionar frente a ellas de acuerdo con la tradición y el decoro.

Hay otros asuntos que nos atañen más directamente por corresponder a la posición que nuestro país ocupa dentro de la estructura socioeconómica mundial. Como por ejemplo, un caso es la respuesta que debemos de dar a la invitación que hemos recibido para integrarnos al Tratado Transpacífico (TPP). No podemos pronunciarnos sin antes haber aquilatado la pertenencia y a tratados anteriores que generan sus propias obligaciones.

Es creciente el número y variedad de obligaciones y derechos que convergen en nuestras relaciones internacionales y que afectan nuestro modo y ritmo de vida. Es de la Cámara de Senadores donde proviene la aprobación o desestima de ellas. Son a su vez los partidos políticos los que determinan la posición que en sus sesiones se tome en cada caso.

Los asuntos internacionales marcan una parte importante de las condiciones y nivel de vida de los mexicanos. De la atención que los partidos políticos den a la vasta lista de planteamientos internacionales, depende en buena parte el acierto con que el gobierno los maneje. Lamentablemente, esta área no ha recibido la atención necesaria.

La actuación de México en respuesta a las múltiples situaciones internacionales es asunto de trascendental importancia que demanda la opinión y contribución de los partidos políticos. Desgraciadamente los líderes de nuestros partidos no han sentido necesidad de precisar directivas al respecto. La falta de ello deja a la deriva la solución de un buen número de situaciones que pueden afectar la vida diaria de la ciudadanía.

Tómese por ejemplo la posición que México debe asumir frente al incidente de nuestros connacionales muertos unos y heridos otros durante un bombardeo en Egipto. Estamos obligados como país apoyar a los deudos a demandar a Egipto una fuerte indemnización para las familias de las víctimas. Otro ejemplo puede ser la agenda de organismos regionales y mundiales en materia de cambio climático, de legislación laboral, reglamentaciones farmacéuticas, o asuntos migratorios.

Los asuntos internacionales tienen en nuestro mundo actual, tanta relevancia como cualquiera de las complejas tareas de alianzas, conciliación y creación de consensos que se encuentran en el terreno de la lid interior de los partidos. De la posición que un líder partidista tome en los dilemas de la política exterior, también depende su prestigio y el éxito electoral de su partido. Esto no debe escapársele a Ricardo Anaya que con tan buen paso inicia su gestión.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1153102

elsiglo.mx