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El surrealismo, un caso más

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Llama al teléfono un experimentando amigo para cualquier cosa, y posterior a las frases propias de la salutación sin más rodeos hace una pregunta compuesta, previa introducción que a la sazón dice: "Explícame una cosa, ahora que un tribunal superior de Michoacán decidió liberar a Hipólito Mora y a su rival Luis Antonio Torres, alias "El Americano", exautodefensas los dos y cuyos grupos se enfrentaron entre sí a balazos en la comunidad de La Ruana en Michoacán y donde fueron ultimados 11 individuos - entre ellos un hijo de Mora- "¿quién o quiénes mataron a los once?

Quien esto escucha al otro lado de la bocina telefónica le queda poco menos que hacer mutis. No encuentra una respuesta lógica así a botepronto, pero no hay que ser muy inteligente para darse cuenta del porqué pasan estas cosas. El surrealismo político de este México parece no tener un límite. Siempre hay un caso más.

Empezando por la resolución de tribunal michoacano, ¿cómo le hizo ese órgano de supuesta impartición de justicia para justificar legalmente el auto de soltura para Torres, Mora y todos los que con ellos se entregaron a las autoridades, si hay once muertos? El argumento de legítima defensa que se arguyó es poco menos que una abierta burla a la sociedad; pues para que exista una "defensa" obviamente tiene que haber un ataque, luego entonces un grupo ataca y otro se defiende, por lo que para sólo uno de los dos cabe la legítima defensa. Entonces ¿por qué liberaron a todos? No he leído la resolución, pero tal vez la legítima defensa en la que se apoyaron las autoridades judiciales de Michoacán para poner en libertad a estos dos importantes líderes de sus comunidades fue que a lo mejor fueron casualmente uno, dos, tres o todos los muertos los que fungieron como atacantes; y como en derecho penal un concepto elemental para imputar un delito es tener un sujeto responsable, al morir éstos pues no hay ya delito qué perseguir y sanseacabó. ¡Eureka!

Es así como ante los ojos de la sociedad todas las autoridades han torcido abiertamente la ley. Claro que tanto como el señor Mora como "El Americano" pudiesen haber tenido atenuantes que les hubieran rebajado la pena. Homicidio en riña sería un tipo penal aparentemente aplicable, con aplicaciones de sanciones mínimas, pero al haber optado por la legítima defensa, no es otra cosa que una actuación política más que el gobierno federal ha privilegiado para encontrar una solución a la problemática del devastado estado de Michoacán, aun por encima de la aplicación de la ley.

Una prueba más que la administración del presidente Peña está decidida a privilegiar: la solución coyuntural y pasajera, si ésta deja dividendos políticos, que la simple instauración de un verdadero estado de derecho. La opción de haber nombrado un comisionado especial que de facto sustituyó al gobernador democráticamente electo, fue el principio de un actuar lejano al respeto de las instituciones y sí un proceder que si bien es cierto ha ido mejorando la situación en tan bella entidad, el resultante es que las autoridades en turno tal vez puedan resolver y cumplir provisionalmente la función para lo que está constituido el Estado, pero esta solución será pasajera y no proveniente de un sistema legal que pueda asegurar la convivencia justa y ordenada para beneficio colectivo, no de grupos de poder.

La opción que generalmente ha utilizado siempre el PRI (y en general de la clase política toda, pero como el PRI es el partido que más tiempo ha gobernado, pues se le nota más) es la politiquería por encima de la ley. Este es sólo un caso más.

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