Entre Chiapas y Oaxaca se suma el 70 % de la pobreza del país. Ambos Estados, que son de los más atrasados y pobres de la República han estado en las primeras planas en esos días. Oaxaca acaba de ser el escenario de una medida diseñada para sacar a ese estado de la miseria educativa en que la CENTE lo condenó. Chiapas por su parte es escena de disputas postelectorales.
El 74 % de la población de Chiapas vive en pobreza incluso la más extrema. Solo el 6.6%, 340,000, vive en comodidad. De acuerdo con el Coneval, 3.6 millones de los 5 millones de chiapanecos subsiste actualmente con menos de un salario mínimo. En Chiapas el 33 % de la población vive en un agudo rezago educativo.
Es este el clima en que se efectuaron las elecciones del pasado domingo en Chiapas. Realizadas en 122 municipios y distritos electorales, el cómputo final del Instituto de Elecciones y de Participación Ciudadana (IEEPC) registró que en dos municipios no hubo elecciones, Nicolás Ruiz y Belisario Domínguez. El caso más significativo es el desacuerdo sobre Tuxtla Gutiérrez, ciudad capital, donde el PAN defiende a su candidato Francisco Rojas Toledo contra el candidato de la Coalición PRI-PVEM-Nueva aliaza Fernando Castellanos.
Durante ese domingo ocho oficinas electorales fueron quemadas. La Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales inició 142 averiguaciones previas, y registró 371 actas circunstanciadas. Se detuvieron a 8 personas por conductas ilícitas en la jornada electoral. La PGR hizo del conocimiento del Ministerio Público hechos como compra de votos, acarreo de votantes, uso de programas sociales y la interferencia de personas extrañas en las casillas. Habría que recordar el Manual del Ciudadano que en su tiempo publicamos las organizaciones cívicas listado docenas de delitos electorales que plagaban los comicios de los años ochenta.
La cantidad de irregularidades electorales que ahora se dieron en Chiapas explica que el candidato del PAN es defendido también por Morena, Movimiento Ciudadano y el PRD como cuando en 1988 Manuel Clouthier y Cuauhtémoc Cárdenas dieron juntos la batalla por la limpieza del voto.
Muchos opinan que el crecimiento económico es la clave esencial para la superación política y social. La educación es, empero, el factor necesariamente anterior. La prosperidad que algunos países asiáticos han alcanzado partió primero de la educación. Mientras más se amplíe la educación en Chiapas, actualmente de 6.7 % en la población mayor de 15 años, más progresará la democracia electoral y el nivel de vida.
Además del factor educativo y el retraso político, ¿qué otros siguen retrasando a Chiapas? Sin duda es determinante la estrecha confabulación pública y privada de los detentadores del poder económico como los ganaderos, cafetaleros, cacaoteros, bananeros herederos de los antiguos hacendados que mantenían encasillados a la sufrida población.
Además de lo anterior, Chiapas es un caldero que puede volver a explotar como en 1994. No hay que confiarnos en que la tensa paz actual continúe. La tensión se expresó en las recientes elecciones. Por otra parte, la vecina Centroamérica que nos exporta miles migrantes que buscan trabajo en México y que se dirigen a Estados Unidos escapando de su miseria, en modo alguno está tranquila. El destino de la región no está en regresar al pasado de subyugación sino en un aumento de inquietudes de todo tipo.
El gobierno federal afirma su propósito de impulsar el desarrollo de la región ístmica que, desde hace tiempo, ha sido señalada como área de prioridad nacional. Hay que recordar los proyectos anunciados en noviembre de 2014 para crear Zonas Económicas Especiales como el Puerto Madero o el Istmo de Tehuantepec con su desarrollo industrial interoceánico. También los hay para el puerto Lázaro Cárdenas que, como ironía, es ya importante para el comercio con Asia como se constata por la actividad de contrabando a gran escala a que es proclive.
Los centros económicos que irán estableciéndose en Chiapas y esa región utilizarán métodos modernos de producción ocupando menos mano de obra en relación con la productividad, dejando así libre a una mayor proporción de una población que crece. Esa reserva demográfica tiene que encontrar ocupación provechosa si no ha de absorberse en tensiones sociales que cada día aumentan.
La realidad política de Chiapas se expresa en las campañas de partidos y de sus candidatos. Hasta ahora las estructuras del viejo partido tradicional y hegemónico siguen prevaleciendo. Los choques electorales demuestran la urgencia de cambios modernizadores. De hecho, sin embargo, los incidentes registrados como delitos electorales en estos últimos comicios nos confirman que Chiapas sigue en su retrasado impasse. Todavía hay tiempo para corregirlo.
juliofelipefaesler@yahoo.com