Funeral. El presidente francés François Hollande (c) lee un discurso durante el funeral de los tres policías asesinados en los ataques terroristas de la semana pasada en París. (EFE)
El primer ministro de Francia exigió ayer martes medidas antiterroristas más estrictas ante los cruentos ataques de la semana pasada, acontecimientos que podrían derivar en una supresión de las libertades a cambio de mayor seguridad.
Las armas utilizadas provinieron del exterior, dijo la policía, en tanto que las autoridades de diversos países buscaban a otros posibles cómplices y las fuentes de financiamiento de los ataques ocurridos la semana pasada contra el semanario satírico Charlie Hebdo, un mercado judío y agentes del orden. Un nuevo sospechoso fue identificado en Bulgaria.
"No debemos bajar nuestra guardia, en ningún momento", declaró el primer ministro Manuel Valls ante el Parlamento. "Persisten peligros graves y muy altos".
Los legisladores de la cámara -a menudo contenciosa- apoyaron abrumadoramente al gobierno, ovacionaron de pie varias veces a Valls ante su indignado y conmovedor discurso, y aprobaron por 488 votos a favor y uno en contra la ampliación de la campaña francesa de ataques aéreos contra los extremistas del grupo Estado Islámico en Irak.
"Francia está en guerra contra el terrorismo, el yihadismo, y el islamismo radical", declaró Valls. "Francia no está en guerra contra el islam".
Se pronunció para que se incremente la vigilancia sobre los extremistas encarcelados y ordenó al ministro del Interior que elabore nuevas propuestas de seguridad a la brevedad.
La policía francesa dice que podrían andar sueltos unos seis miembros de la célula terrorista que perpetró los ataques en París, incluido uno visto al volante de un auto registrado a nombre de la viuda de uno de los atacantes. Francia ha apostado unos 10,000 efectivos en lugares que pudieran ser blancos de ataques, como escuelas y templos judíos, mezquitas y estaciones del transporte público.
Se busca a varias personas en relación con el financiamiento "sustancial" con que contaron los tres autores de la campaña terrorista, dijo Christophe Crepin, un funcionario del sindicato policial. Las armas utilizadas en los ataques provinieron del exterior, y la envergadura del arsenal, así como la destreza militar exhibida en los ataques hablan de una red terrorista organizada, añadió.
"Esta célula no incluía solamente a esos tres. Creemos con toda seriedad que tenían cómplices debido al armamento, la logística y el costo", dijo Crepin. "Son armas pesadas. Cuando hablo de cosas como un lanzacohetes, no es como comprar una baguette en la esquina. Es para actos planificados".
En un indicio del rigor con que han comenzado a aplicar las leyes que prohíben la defensa del terrorismo, las autoridades judiciales sentenciaron con celeridad a cuatro años de prisión a un hombre que había ensalzado los atentados terroristas mientras se resistía al arresto durante una infracción de tránsito por conducir en estado de ebriedad.
Aunque los ataques han provocado nerviosismo en Francia, algunos sectores advierten que no hay que aplicar en el país una ley contra el terrorismo similar a la Ley Patriota decretada en Estados Unidos después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
"Esto no debe llevar a la renuncia de las libertades fundamentales, de lo contrario mostraremos que tenían razón quienes han venido a combatir en nuestro suelo", declaro el exprimer ministro Francois Fillon a la radio France-Inter.