Honor. Al dialogar con el presidente de Colombia, Enrique Peña Nieto agradece que García Marquez escribiera en México.
Vehículos de artillería motorizada, con largos cañones, y helicópteros de ataque están colocados en el prado del Campo Marte. Con su poder de fuego enmarcan al contingente de cadetes de infantería y caballería que portan fusiles y sables adecuados al protocolo de una ceremonia de bienvenida a un jefe de Estado.
Miran el escenario los presidentes Enrique Peña Nieto y su amigo de Colombia, Juan Manuel Santos. Bajo la luz del mediodía, los poderosos equipos de combate quedan de postal y se utilizan cañones de ordenanza que detonan cadetes para marcan los 21 cañonazos de honores a los dos dignatarios presentes.
Allí todo es gigante. Para empezar la bandera monumental, la más alta del país. La organización parece impecable a fuerza de ensayar y mantener en firmes a los cadetes más de dos horas a pleno sol. Rigor militar con copia para los caballos del Colegio Militar, veteranos de desfiles.
En la comida Peña alude al genio de Macondo: "Grandes colombianos han vivido en México, como Álvaro Mutis y nuestro muy querido Gabriel García Márquez. Ellos hicieron universales las letras colombianas y las de toda Latinoamérica. Para nosotros, los mexicanos, fue un honor que el 'Gabo' escribiera aquí sus libros, criara a sus hijos y sembrara sus árboles. García Márquez siempre impulsó la paz en Colombia, aun en los momentos más difíciles".
Santos devolvió la cortesía: "Hace precisamente un año, cuando rendimos homenaje a 'Gabo' en el Palacio de Bellas Artes, México y Colombia, me acuerdo muy bien, estuvimos más cerca que nunca. Ambos países en ese momento éramos Macondo".