Vivir. Muchos campesinos dejaron sus casas en los pueblos para irse a vivir a las zonas urbanas de Durango y Gómez Palacio.
Cada año se siguen perdiendo tierras para la siembra, mismas que son olvidadas por los campesinos, quienes ante la falta de recursos económicos y de poca rentabilidad en sus siembras, prefieren emigrar ya no a Estados Unidos, sino a las zonas urbanas de Durango y Gómez Palacio, incrementando sus cinturones de miseria, indicó Sergio Silva Labrador, dirigente de la Organización Agraria Popular (OAP).
La pobreza que se vive en el campo se debe a varias razones: lo caro que resultan los insumos para sembrar como fertilizantes, insecticidas, renta de tractores y hasta la semilla.