Visita. El presidente Peña visitó el Hotel de los Inválidos junto con su esposa.
Los días han sido nublados y hasta con lluvia e una Francia que observa todo con recelo.
En el primer día de la visita oficial en Francia, a la comitiva mexicana no se le vio sonreír, los funcionarios actuaron apesadumbrados. Por momentos el presidente Enrique Peña Nieto esbozó una ligera sonrisa, pero pronto se apagó, su rostro lució desencajado.
De los 12 secretarios que lo acompañarían, sólo llegaron ocho. Ayer aparecieron los titulares de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, y de la Marina, Francisco Soberón, quienes tras la fuga de Joaquín "El Chapo" Guzmán, la Presidencia no tenía la certeza de que viajaran.
Un día antes, el primer mandatario confió en que éstas y las otras instituciones encargadas de la seguridad nacional "estén a la altura, con la fortaleza y la determinación" para reaprehender, por lo que les ordenó acciones inmediatas para tal fin.
El jueves, los dos secretarios firmarán un memorándum de entendimiento sobre Defensa, junto a representantes del Gobierno francés.
En el Palacio de los Inválidos, donde se encuentra la Tumba de Napoleón, ambos platicaron con algunos funcionarios e incluso cruzaron algunas palabras con el senador, Miguel Barbosa, y se instalaron en la primera fila para observar los honores militares al mandatario mexicano.
Éste llegó a las instalaciones que funcionan como museo, escoltado por unos 60 elementos en caballo de la Guardia Republicana. Luego, al interior, junto a la Ministra de Justicia, Christiane Taubira, escucharon los himnos nacionales, pasaron revista a los elementos de tres corporaciones militares y Peña Nieto presentó a sus comitivas.
Uno de los pocos momentos públicos en Francia en los que se le vio sonreír al presidente, fue cuando recibió la Gran Medalla de la Sorbona, por primera vez a un mandatario mexicano, por parte de la Cancillería de las Universidades de París, al considerar que ha dedicado parte de su gestión a una educación de calidad.