Muerte. El caso Tlatlaya fue uno de los escándalos con mayor resonancia en el año 2014. (ARCHIVO)
En el caso Tlatlaya, para el Ejército aún no hay culpables.
En un documento interno fechado el 23 de diciembre, la Secretaría de la Defensa Nacional asegura que no existen elementos de prueba contra su personal.
Las versiones testimoniales contenidas en la recomendación 51/2014 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) sobre el caso son contradictorias, sostiene.
La dependencia defiende en el escrito el procedimiento seguido por los elementos del Ejército en los hechos violentos del 30 de junio de 2014.
Ese día, 22 personas murieron en una bodega en Tlatlaya, Estado de México.
En una primera versión, el Ejército reportó que fallecieron en un enfrentamiento con militares, pero meses después testigos declararon que los uniformados ejecutaron a los presuntos delincuentes cuando éstos ya se habían rendido.
En el documento, la Sedena recuerda que en los hechos violentos participaron 22 sujetos armados contra 8 elementos castrenses, quienes, remarca, siguieron el manual de uso de la fuerza.
"Es necesario tomar en cuenta el principio jurídico penal que señala la presunción de inocencia mientras no se declare su responsabilidad mediante sentencia emitida por el juez de la causa", indica.
Se publicó ayer que, según una testigo entrevistada, funcionarios estatales la torturaron cuando se negó a firmar una declaración falsa en la que se asentaba que los 22 presuntos delincuentes habían muerto en un enfrentamiento y no ejecutados.
Ante las acusaciones, el Gobierno mexiquense guardó silencio, mientras que la Procuraduría estatal pretextó que, tras una investigación, no encontró indicios de que se hubiera tratado de una ejecución.