Hoy es el bautizo de Miguel, mi sobrino-nieto, que llagó a la familia con una sonrisa en los labios para alegrarnos la vida.
Pero yo quiero dejar constancia para él, de lo que es ese sacramento y no confundirlo con algunos mitos de la iglesia, inventados por el hombre. Al final de cuentas, con los años, tú aprenderás a distinguir la yerba mala del trigo limpio.
El bautismo es una institución que data de los tiempos de Cristo. Él mismo se sometió a ese sacramento en el río Jordán y lo recibió de manos de San Juan, a quien por eso llamaban "El Bautista".
Pero ese sacramento entraña una falacia, pues se supone que borra el pecado original, pero resulta que ese pecado no lo cometiste tú, sino Adán y Eva. Así que es la única pena que se traslada hacia aquellos que son inocentes.
De cualquier forma es un bonito simbolismo y si Jesús se sometió al bautismo, nada nos cuesta hacer lo propio nosotros.
Con el paso de los años, te darás cuenta que de "todo hay en la viña del Señor" y la Iglesia no es la excepción. En ella hay buenos y malos sacerdotes. Tú serás bautizado a manos de un hombre de Dios y no pudimos encontrar mejor oficiante que el padre Jorge Silva. Tus padrinos serán tus abuelos César y Laura, mejores que ellos no podías haber encontrado, pues te aman como a casi nadie.
Sabes, también en la Iglesia hay hombres malos y mitos y leyendas que desvirtúan la verdad predicada por Jesús. No hagas caso de eso, tú concrétate a cumplir los diez mandamientos, a amar a tus semejantes y luego haz lo que quieras.
Lamentablemente, los malos tienen que existir, para que conozcas la bondad, el bien y la justicia.
Tú actúa siempre con rectitud; nunca dañes a otros y sigue los dictados de tu corazón y nunca te equivocarás.
Nunca te conduzcas con malicia ni coraje. Si acaso piensas que alguien se merece un castigo, que no seas tú el que lo aplique, deja que la vida o la fuerza divina actúe para cobrar las malas acciones.
Sé siempre solidario con tu familia. Ellos son los seres más importantes que te rodearán y te amarán sin condiciones.
Nunca te aferres a los bienes materiales porque se corrompería tu alma. Aférrate sí a tus convicciones y comprueba por ti mismo qué es verdad y qué es mentira en este mundo de cambalache.
Favorablemente crecerás en una familia de libres pensadores, porque eso son tus padres y ningunos de ellos te impondrá su forma de pensar, ambos respetarán tus criterios y te desearán que no te vayas a equivocar en la vida, pero no tratarán de influir en ti para que cambies o pienses como ellos consideran que debes de pensar.
Nunca olvides que la vida es un juego, y el secreto para pasar por ella dignamente es aprender cómo jugarlo.
Nunca causes daño deliberadamente ni te apropies de lo que no te pertenece. Vive dentro de tus límites y sé feliz y haz feliz a todos los que puedas.
Todo esto te lo digo con amor y con la mejor de las intenciones. Feliz bautizo, Miguel.
Por lo demás "hasta que nos volvamos a encontrar y que Dios te guarde en la palma de Su mano".