Vivimos en la Ciudad y muchas veces desconocemos lo que hay en ella, tal parece que fuésemos extraños en nuestra propia tierra.
Me propongo en este espacio periodístico que gentilmente me proporciona El Siglo, mencionar y describir lugares, personas, acontecimientos y situaciones que ocurren y concurren en el devenir de nuestro entorno para reconocer y redescubrir esta bendita tierra que nos vio nacer.
Inicio este ensayo comentando que hay en Gómez Palacio un modesto y simpático restaurant denominado "La Casona". Fui a dar a él accidental y circunstancialmente: llevé el automóvil que uso como medio de transporte a un taller de seguros y elevadores de puertas y cristales automotrices. Como el servicio que requería el auto se llevaría por lo menos una hora, y habiéndolo dejado a las nueve de la mañana, le dije a Lupita, mi esposa, que me acompañaba, ¿a dónde vamos a desayunar, mientras nos entregan el vehículo? Caminamos al azar y hallamos el establecimiento al que ahora me refiero.
Ubicado en avenida Victoria número 537 norte, frente a las oficinas de Sideapa, en pleno Centro de la Ciudad, La Casona es un agradable lugar donde se come delicioso. Atendido diligente y cortésmente por su propietaria, doña Socorro Vázquez Miranda, este restaurante que abrió sus puertas hace aproximadamente un año, según nos platica ella misma, ofrece un servicio esmerado, oportuno y rápido, en el que laboran con entusiasmo y optimismo, doña Nancy que tiene a su cargo la cocina, y las señoras Gaby, Sara y Anita que atienden a los comensales en las mesas. Además, ayudan en estas tareas, Mariana que es ahijada de la dueña y su hermano Jesús, quienes son auxiliados por una más, Alejandra.
La modestia y sencillez de este establecimiento, no impide que su propietaria lo decore y engalane con motivos alusivos a cada fecha importante que se celebre, sea de carácter histórico, cívico, social o simplemente tradicional, dándole al establecimiento un toque especial que le imprime un sello característico y nostálgico; por ejemplo, con motivo de las fiestas patrias de septiembre, son banderas, estandartes, pabellones y moños tricolores, además de estampas y carteles con las figuras de los héroes nacionales que participaron activamente en el movimiento de Independencia; en el mes de octubre los motivos son calabazas, brujas, "telarañas" e incluso manteles y cortinas que nos recuerda la fiesta de "Halloween" que, aunque este evento no es mexicano, ha arraigado, lamentablemente, en nuestro país, pero a manera de justificarlo, diremos que se combina con el "Día de Muertos", que sí es una fecha tradicional mexicana. En noviembre son arreglos revolucionarios y en el mes de diciembre motivos navideños. Todo esto requiere de inversión adicional, que no modifica el precio de los platillos; por eso es merecido que se mencione.
Se disfruta y saborea en este restaurant, instalado en un una finca que anteriormente fue casa particular, reacondicionada para este fin, un sabroso y aromático café, así como alimentos higiénicos y nutritivos, que se sirven rápidamente. Si tiene usted oportunidad, visítelo. Vale la pena, así redescubrirá la Ciudad y podrá valorar el trabajo de mujeres emprendedoras que luchan por salir adelante. Hay que reconocer y aplaudir este tipo de esfuerzos que hablan muy bien del carácter y actitud de la gente lagunera, en este caso de Gómez Palacio.
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