En mi artículo anterior me refería a la situación en Europa con la situación de Grecia, ya que con motivo del triunfo electoral de Alexis Tsipras del partido Syriza de ultra izquierda y que se oponen al programa de austeridad que se le impuso al país, con motivo del apoyo económico que recibió para salvar la crisis que económica que siguen manteniendo, no sería posible desde mi punto de vista que tuvieran éxito ya que pondría en riesgo el principio básico de disciplina para la Unión Monetaria ya que de inmediato el resto de los países que se han beneficiado con dichos apoyos de inmediato solicitarían el mismo trato.
Sin duda alguna el hoy primer ministro tendrá que abandonar su posición extrema y flexibilizar su postura de candidato a la responsabilidad de su actual investidura y renegociar con el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional con un nuevo plazo, meses de gracia, etc. Es decir, negociaciones congruentes y muy lejos de lo que el partido que lo apoya pretende en principio: quita de un 30% de la deuda, baja a la tasa de interés y otras más que opino no podrán lograr, no obstante el riesgo que significa para la Unión Monetaria Europea y la misma comunidad en todo su contenido; desde luego que será un camino sinuoso y de compromiso para ambas partes (Grecia y los organismos financieros), temporada de incertidumbre sin duda alguna, pero sólo hay que esperar, y confío que se encontrarán formas de sacar otra vez a Grecia de su problema y aliviar el nerviosismo en el mundo.
Desde luego que estos problemas con diferentes matices no son nuevos, en sus inicios el FMI se limitaba a las cuestiones macroeconómicas de los países con problemas particulares y específicos como déficit presupuestarios, su política monetaria, inflación, su déficit comercial, deuda externa, y por su parte el Banco Mundial se encargaba de las cuestiones estructurales para apoyar y vigilar cómo el Gobierno en cuestión asignara el gasto público, las políticas de las instituciones financieras, etc. De tal forma que había armonía y oportunidad al aplicar los recursos que se otorgaban.
Pero vino el libre mercado, el capitalismo desbordado, el FMI adoptó una posición imperialista con la complacencia de los principales países desarrollados, y por su propia cuenta creyó que prácticamente todos los criterios para prestar estaba bajo su campo de acción, y aunque el Banco Mundial le debatía sobre lo más, recomendarle a los países solicitantes de recursos en aras del libre mercado, el FMI dejaba en el vacío tales recomendaciones y hoy entre diversas causas nos extrañamos cómo fue posible que países como Grecia se endeudaran tanto y sobre todo se mal emplearan los recursos que se les prestaban. Repito, es una de las causas independientemente de las políticas implementadas por cada país pero sin duda faltó freno y asesoría para buscar alternativas y decisiones apropiadas para un mejor desarrollo ante los nuevos desafíos.
Por lo pronto en nuestro país anuncia Hacienda reducción del gasto federal y Banxico, por su parte, urge a una mejora fiscal, lo cual afectará el crecimiento y el deterioro de las familias, además la cancelación de los proyectos de infraestructura como los trenes México-Querétaro, el Transpeninsular y los efectos a la Reforma Energética en conjunto podría implicar una mayor dificultad para las finanzas públicas, desempleo mayor y, por lo tanto, un crecimiento del PIB que por ejemplo Moodys, predice que aumentará este año en un 2.5% que obviamente está muy lejos de lo que México requiere.