Cortesía Enrique Ježik
El artista de origen argentino, quien vive en México desde hace más de dos décadas, trabaja con la fotografía, la intervención, el performance y la escultura, lenguaje que le ha permitido reflexionar sobre la violencia, el poder y la deshumanización social.
Nacido en 1961 en Córdoba, Argentina, el trabajo del artista Enrique Ježik, se ha enfocado en el análisis de la violencia desde diversos ángulos y con distintas estrategias. Indaga sobre el poder, la violencia urbana y la guerra, el uso de las armas, la vigilancia y la manipulación de la información por parte de los medios de comunicación.
Ha ido incorporando acciones de carácter destructivo como reflejo de los procesos violentos que caracterizan nuestra época, utilizando, entre otros medios, armas y maquinaria pesada en tanto herramientas prostéticas desarrolladas por el hombre para extender su poder más allá del propio cuerpo y que por lo mismo han incidido en el desarrollo de las relaciones de poder.
El trabajo sobre la vigilancia y la manipulación de la información lo ha llevado a utilizar imágenes de inteligencia de guerras recientes, como una cierta arqueología mediática, integrándolas en instalaciones en las que la referencia directa a un determinado conflicto bélico sirve como punto de partida para nuevas reflexiones.