Enrique Ponce fue el triunfador de la corrida celebrada ayer en el Coliseo Centenario al cortar dos orejas y un rabo. Sergio Flores también tuvo una destacada actuación. (Jesús Galindo)
Puntualmente los parches y metales anuncian el paseíllo de los alternantes, la entrada en el tendido al igual que el festejo mejora con el transcurso de la lidia, hasta llegar a poco más de media plaza. El audio local da la bienvenida a los matadores y felicita a Enrique Ponce por celebrar este 2015 los 25 años de la toma de su alternativa como matador de toros, y tras 12 años de ausencia regresa a Torreón, saldando la deuda de honor con la afición.
SIN TROFEO
El primero de la tarde resultó ser "Duende", es recibido con verónicas coreadas por el "ole" después de banderillas descompuestas por los subalternos, Eulalio envía a su enemigo a la puya y es castigado con efectividad. Brinda a "Ponce" e inicia sobria labor con muleta, dando muestra de poder ante un enemigo falto de fuerza, al cual le saca tandas de muletazos coronados con el desdén, seguidos de un desplante torero, silencio en el tendido ante el encuentro de voluntades que culmina con estocada tendida y saludo del biombo, de premio recibe palmas.
El cuarto toro fue un precioso castaño bautizado como "Gondolero", sale al ruedo con amplio recorrido, acudiendo con bravura al castigo, el "Zotoluco" brinda al respetable e inicia labor de muleta en los medios, la "Filomena" calienta el ambiente mientras el diestro se juega la vida, despacha a su enemigo al primer intento y saluda al biombo y el público lo saca al tercio.
DEL INFIERNO A LA GLORIA
De la puerta de chiqueros sale embravecido "Apasionado", sacando un susto a la gente del callejón, sale del mismo sin percance alguno, para ser castigado severamente por los de a caballo, se desprende de la puya y acude burriciego a la suerte de castigo, pares mal ejecutados por los subalternos ante la rechifla del respetable, Ponce ante un manso burel decide abreviar y recibe del juez el saludo y las palmas del respetable.
"Lagunero" fue el quinto enemigo del encierro, recibido por Ponce con la suerte máxima del capote, rematando con media verónica, el toro acude a la vara y recibe justo castigo, el burel queda cuajado para la faena, pares de banderillas bien colocados. Muleta en mano inicia la cátedra del toreo con pases aterciopelados en los medios, se destapa el frasco de las esencias y el público de pie admira y aplaude a la máxima figura mundial, que ejecuta un toreo de pases circulares, perfectos, sobrenatural, maestros, cuajando así una magnífica faena de altos vuelos. En la suerte máxima hunde el acero hasta la empuñadura, ante la petición general con pañuelos blancos cual palomas al vuelo se desprende desde el biombo el par de orejas coronadas con el rabo y la triunfal vuelta al ruedo. A su enemigo arrastre lento.
GRAN PRESENTACIÓN
El tercero de la tarde fue "Choche", destinado a Sergio Flores, que cita y recibe con el capote tras magnífica tanda de verónicas rematadas con lucida rebolera. El burel acude encastado a la suerte de varas, para luego del primer par de banderillas saltar al callejón formando la escandalera, Flores luce raza con la franela con muletazos aterciopelados hasta ser desarmado, continúa labor en los medios corriendo la mano de aquí hasta allá, impresionando en su presentación. A la hora de la verdad propina fulminante media estocada, llevándose el gato al agua. Obteniendo por su artística labor oreja, palmas y vuelta al ruedo.
El cierraplaza denominado "Don Paquito" resultó de lo mejor del encierro, pues el destacado espada inició el festejo como promesa, y concluyó como figura, mostrando una lidia con técnica depurada, manoletinas de poder, hasta torear de hinojos y con desplantes toreros arrancando el "ole" y las palmas del tendido, abrevia y tras dos intentos fulmina al descabello, saludando al juez de plaza José Luis Orozco.
Palmas
Sobre los toros y toreros de la tarde en el Coliseo:
■ Eulalio López “Zotoluco”, palmas en sus dos ejemplares.
■ Enrique Ponce, palmas en el primero, rabo y orejas en el segundo de su lote.
■ Sergio Flores, oreja en su primer enemigo y palmas en el segundo.
■ Los toros del campo bravo de Arroyo Zarco fueron en términos generales de juego desigual, acusando mansedumbre y muestras de debilidad.