Un director mexicano se hace acreedor del Oscar y ofrece algunas declaraciones que no le gustan a algunos políticos de éste y de aquel lado de la frontera. Esto no es nuevo, ya anteriormente ha sucedido y no sólo en el caso de México, a los políticos les gusta que les lancen porras aunque su acción sea desastrosa y afecte, más que a nadie, a las clases más bajas.
El grito fue, que el mexicano tenga el gobierno que se merece. No sé si éste sea u algún otro que aún no hayamos descubierto. De lo que estoy seguro es que nadie se siente a gusto ni feliz ni contento ni mucho menos, un futuro maravilloso para sus hijos o nietos en este país que va en declive y en el que cada vez resulta más difícil tener esperanzas.
Lo que queda demostrado es que no es por los ciudadanos; al brillar en los foros internacionales certificamos tener el mismo valor que cualquiera de otras partes del mundo. Y no sólo lo hemos hecho en el campo de los espectáculos, también en el deportivo o el literario; muchas veces sin los apoyos oficiales para hacerlo, triunfos que se deben más que nada al tesón personal.
Para subsistir en lo que uno ama y sabe hacer muchas veces hay que emigrar. Este país que tiene infinidad de riquezas naturales ya debería de haber llegado al estado adulto tal que produjera su propia tecnología y sus productos culturales nacionales tan importantes como los de cualquier parte del mundo. Para algunos campos hay muchas trabas; quien escribe ¿Dónde puede publicar? Al autor y el bailarín ¿cómo sobreviven de su arte? Cada quien se rasca con sus uñas como puede. No voy a negar que hay apoyos y concursos, pero ¿de qué te sirve ganarlos si eso no te proporciona o aligera el camino para vivir de tu arte?
Esto es el botón de muestra
La vida cotidiana se sigue desenvolviendo en la inseguridad. No se ha resuelto la generación de empleos. Hay mucha falta de credibilidad y se desconfía profundamente de todos los partidos, aun de los nuevos que quien sabe que intenciones tendrán. A primera vista pareciera que se aprovechan de nuestros sufrimientos para pescar a su favor sin tener proposiciones concretas que convenzan. Los cambios en las leyes no han producido bienestar para la población, ni siquiera han bajado los precios de la energía aunque el precio mundial del petróleo sí lo hizo; y el político se piensa que debemos de seguir creyendo en su discurso cuando la realidad nos demuestra su falsedad.
Hay que tener valor para quejarse y debemos de hacerlo. Recordamos que después de la revolución francesa las monarquías sucumbieron; ya no debieran de existir familias que subsisten gobernando naciones, pueblos, estados, ciudades. Los ciudadanos deberíamos ser capaces de gobernarnos a nosotros mismos, pero para ello tenemos que ser ciudadanos y exigir a nuestros representantes que nos representen; no que actúen en contra de nuestros intereses.
La crítica de Iñárritu es en este sentido; los políticos se han olvidado de nosotros. Están poniendo en bandeja de plata nuestras riquezas a los inversionistas extranjeros y están provocando la hambruna de los mexicanos. Prueba, el ridículo salario mínimo. Si eso no les mueve la conciencia no sé qué les moverá.
Al hombre lo visten con cuentos, al mexicano de demagogia. Toda esta campaña de la lectura, ¿Dónde está el libro barato? Bien se habrán de repartir el presupuesto para la campaña para la lectura; deberían de aprovecharlo para reeditar la colección de Lecturas Mexicanas, o la de Sepan cuántos, continuarla, o muchos otros acervos al alcance del bolsillo del mexicano que gana entre cinco a quince mil pesos. Poner los libros donde el lector pueda conocerlos. Es ridículo que libros españoles salgan más baratos que los mexicanos. Muchas editoriales han desaparecido; así que, me pueden decir ¿qué es lo que va a leer el mexicano?
Han puesto la cultura del país en las manos de las televisoras. La tendencia es un nivel cultural cada día más bajo. Y a pesar de eso hay quien triunfa en el extranjero.