En artículos pasados, hablé sobre la ficción y como a través de ella se comenzaron a dar las primeras explicaciones de lo que era el mundo, de sus inicios. Con el paso del tiempo, se forjaron los mitos de las antiguas civilizaciones que vinieron a desembocar en las religiones.
Las últimas se basan en una verdad revelada a la que sustenta la fe. No hay prueba posible que avale la creencia religiosa, porque si se trata de probar, ya se está cayendo en otro campo. Hago la aclaración, no que no se pueda probar: la fe no se necesita probar, cuando se hace, se convierte en certeza.
La necesidad de probar las cosas viene de la urgencia de saber si lo que pienso corresponde a la realidad. En las civilizaciones antiguas, surgieron muchas religiones con muchos dioses, hasta que el monoteísmo más o menos se impuso; aun así, hay varias religiones monoteístas, y dentro de ellas, varias interpretaciones o sectas de los mismos textos religiosos. Culturalmente, llegó un momento en que el hombre se preguntó: ¿Qué es la verdad? O, ¿Cuál es la verdad? Y por eso sintió la necesidad de probar lo que era verdad. Se inicia el camino de la filosofía.
En la tradición occidental, los primeros balbuceos se dan en Grecia en el siglo V antes de Cristo. Se considera a este pueblo la cuna de la cultura, los antecedentes. Si indagamos en su historia, nunca fue un pueblo unido ni un imperio, ni siquiera participaban de las mismas formas de gobierno. Su orgullo pueden ser las Guerras Médicas, la magnífica forma en que se defendieron de los Persas; sin embargo, fueron conquistados por los Macedonios, cuando ya entre ellos mismos se habían acabado en las guerras del Peloponeso, y después, fueron conquistados por los romanos y nunca más volvieron a sacar cabeza.
A pesar de su historia, han sido la referencia cultural constante de la cultura occidental y también de la oriental, ya que muchos de los documentos y textos griegos fueron salvados por los musulmanes cuando Occidente ya los había perdido. De los griegos, nos llegan muchos fundamentos del arte (teatro, literatura, poesía, escultura, arquitectura), de la historia, y sobre todo, de la filosofía. Estos fueron los primeros hombres que se propusieron probar las verdades que los rodeaban.
En la historia griega, hay dos etapas de la filosofía: la presocrática y la post socrática. La primera fueron los balbuceos donde comenzaron a surgir las primeras escuelas de pensamiento con ciertos tintes religiosos, como la pitagórica. Hay dos pensadores que marcaron las primeras dificultades de lo que se aparece ante nuestro conocimiento: lo unitario y lo diverso: Parménides y Heráclito. Las grandes controversias: ¿Qué es lo real? Lo uno, todos somos lo uno, o lo diverso, lo que cambia, lo representado en el fuego.
Con los post Socráticos, (Sócrates, Platón vs. Aristóteles) se dan las dos grandes corrientes filosóficas, el idealismo y el realismo. (Por ello, escribo el vs.). Aquí la pregunta es: ¿Qué es lo real? ¿La idea? ¿Lo que nos presentan nuestros sentidos que es el mundo material? Estas preguntas están en relación directa con la teoría del conocimiento: Como conozco, a través de los sentidos o a través de las ideas; como diría Platón, recuerdo la perfección del mundo de los Eidos.
Lo importante es que se comienzan a establecer metodologías que rijan el pensamiento de tal forma de que podamos tener la certeza de que nuestro conocimiento es verdadero. El Más antiguo es el propuesto por Aristóteles y es la lógica que aún hoy, eso espero, se enseña en las preparatorias.
El pensamiento tiene que ser lógico, o sea, debe de regirse por ciertos principios que avalen su veracidad. Este tipo de pensamiento es el deductivo que habría que oponer al pensamiento científico que es el inductivo del cual hablaremos después.
Aunque se piense que este tipo de formas de pensar pertenecen a la historia, aún hoy existen y han afectado a la manera de pensar de Occidente. Son elementos culturales básicos en nuestra sociedad.
