Un componente fundamental de la cultura es el símbolo, en todas sus dimensiones. El primero de ellos, el lenguaje: El oral, que representa a las ideas que tenemos en nuestro cerebro y que de otra manera no podrían manifestarse. El escrito, que representa a los sonidos que componen el lenguaje oral.
Sin los lenguajes, no se daría el fenómeno cultural. La palabra escrita sólo representa sonidos articulados que a su vez representa la idea que produce la cabeza del individuo. A través del tiempo y de los lenguajes, se ha ido acumulando una tradición, que primero se llamó oral y después se convirtió en escrita y que son el vehículo para difundir lo producido por todas las civilizaciones.
Junto al símbolo oral y escrito se da el icónico, que en un momento dado es parte del primero. Hay que recordar que antes de ser ideográfico el lenguaje, fue pictográfico, o sea, que las cosas se representaban por medio de dibujos y pinturas; el caso más patente es la escritura Náhuatl, que hoy conocemos por medio de los códices. Servían como punto de partida para narrar, o para comunicar, sirviendo como auxiliar de la memoria.
El símbolo icónico sobrevivió independientemente de la palabra. Su utilización ha sido muy variada; se le han atribuido características mágicas, religiosas, estéticas, decorativas, valiéndome la redundancia, simbólicas comerciales, indicativas y podríamos agregar etcétera, sobre todo en nuestros días, donde vivimos la cultura de la imagen a través de los medios de comunicación masiva, y la culturización se encuentra en manos de medios como el cine y la televisión.
El sonido se extendió a la música, que desde los primeros tiempos estuvo ligada a los rituales religiosos y a los bailes. Es larga la historia de la música y de todos los objetos con los que se puede producir sonidos armónicos. Es variada su gama desde la música popular hasta la llamada música culta, que para mi entender, tan culta es una como la otra, porque ambas representan valores humanos, o antivalores, según el cristal con el que se mire.
Emparentada con la pintura, la escultura y su hermana la arquitectura también son vehículos representativos o decorativos del hombre, que sobre todo engalanan a las ciudades o las visten de trascendencia. Edificios religiosos, mansiones suntuosas, casas, chozas, se acoplan no sólo a las necesidades primarias, sino que también representan. Ahí se encuentran reflejados estilos de vida y aspiraciones; la imaginación, como fundamento a la interpretación de lo que puede ser un mundo metafísico o un mundo próximo y cotidiano. Cabe recordar que al arqueólogo le bastan los cacharros que encuentran en sus excavaciones para sacar conclusiones de cuáles eran los estilos de vida de aquellas sociedades. Hasta los cacharros simbolizan.
La danza también representa y para ello hay que dominar al cuerpo humana. La danza pertenecía a los rituales religiosos y con el tiempo se independizó para llegar a la altura del arte. Pero también es un componente muy importante de las fiestas populares y es parte de la representación de la nacionalidad. Culturalmente, sirve para la relación social, un elemento fundamental en la integración de la fiesta.
Símbolos, estamos rodeados por símbolos. El color pertenece también a la familia de lo simbólico. El semáforo indica, por medio de colores, cuando habrás de detenerte y cuando, de seguir. Hay colores que llaman la atención, que significan peligro, paz, naturaleza, luto, tristeza.
La ropa también representa, no solamente cubre. Hay vestuario apropiado para toda ocasión y para todas las edades. Para un trabajo formal se va de traje; para el deporte, en la mayoría, se usa pantalón corto. Como todos los lenguajes, tiene su gramática; el tenis combina con la calceta o con los tines, el zapato combina con el calcetín. Para llevar corbata es necesario el cuello apropiado, antiguamente el sombrero era fundamental y hoy a lo más que se llega es a la cachucha.
Los símbolos componen los lenguajes. Los lenguajes representan, tienen una gramática porque su uso es social. Están expuestos a la interpretación y tienen varios niveles de significado. Busque la estructura ausente, Tratado de semiótica general de Eco.