Es grato saber que La Laguna sigue siendo semillero de escritores jóvenes y que emigran a la capital para tener mejores oportunidades en su carrera literaria. Tal es el caso de Vicente Alfonso, quien el año pasado ganó el concurso de novela "Sor Juana Inés de la Cruz", convocado por el estado de México y que en este año se lo han publicado en la firma editorial de Tusquets editores.
La novela, "Huesos de san Lorenzo", te agarra desde el principio y te va dando muchas sorpresas en el camino. Es un gran rompecabezas que tendrás que ir armando para que el final sea completamente inesperado, sorprendente.
La historia se inserta dentro del género de suspenso, y trata el tema de la relación entre los hermanos gemelos y la perdida de la identidad. Lo que tiene que esclarecerse es un asesinato; la trama está tejida con gran destreza y nos va llevando por diferentes rumbos para llegar a un final no previsto.
No les cuento más porque no es el chiste contar la historia sino invitarlos a que la lean y exista una buena relación entre escritor y lector. De lo que estoy seguro es que este muchacho tiene mucho que dar en la literatura en el futuro y que esto es el primer éxito de muchos otros que seguramente vendrán después. Yo por mi parte, estoy orgulloso de los logros de este lagunero y de que haya pertenecido a la FCPyS, facultad en donde yo colaboro como maestro.
Del segundo autor que deseo hablarles, es de Julián Herbert; su novela, "La casa del dolor ajeno", más que ser novela es un trabajo de investigación profundo sobre la matanza de chinos en la Comarca Lagunera.
Julián no es lagunero, aunque nació en Acapulco, durante mucho tiempo ha vivido en la ciudad de Saltillo, Coahuila, y ha participado en la vida cultural del estado. Tiene un estilo muy particular de escribir, ya que casi siempre es protagonista de sus propias historias y tiene una manera muy propia de contar la historia.
Sobre la matanza de chinos, no es lo primero que se escribe, ya han salido algunos libros que versan sobre el suceso, como el Juan Puig, "Entre el río Perla y el Nazas". La novedad de Herbert es la manera de contarlo y como nos lleva a indagar varias líneas de investigación. Saca información de todas partes, hasta de los taxistas, en un intento de descubrir cuál es la historia popular o la leyenda y en donde se encuentra la verdad, cuáles fueron los verdaderos motivos de la matanza y quienes los actores de ese genocidio.
Los materiales estaban ahí y muchas personas los conocían, faltaba la persona que se enfrentara a los datos para darle un formato de historia interesante y nos refrescara el hecho a una ciudad que al parecer va perdiendo su memoria. No importa de donde sea el investigador, lo importante es recuperar el hecho para que no se olvide.
Dentro de todas las cosas malas que nos han pasado, esto es una cosa buena. Dos buenas novelas, publicadas por editoriales nacionales y tienen relación directa con tu ciudad es algo para celebrarse y lo celebramos.
Ahora lo que falta es el lector. Si a usted le gusta la literatura, estas son dos magníficas opciones para leer y le aseguro que no se va a arrepentir.
Como colofón, también demuestra que cuando se quieren hacer las cosas se puede; en este caso, encontrar una editorial que se interese por uno. Siempre hay que buscar caminos y tocar hasta que las puertas se abran.