En nuestro haber contamos con otro año más; para la mayoría, han de sentirse en una inercia en donde sólo se ha podido subsistir. Para otros, tal vez pocos, las cosas les han de haber ido mejor y tienen esperanzas en el futuro. Cada quien opinará de este tiempo como le haya ido en la feria.
Mucho movimiento económico en la ciudad no se ha visto. Surgen restaurantes y mueren restaurantes. Se renuevan algunas zonas y se mueren otras. La verdadera necesidad es la de traer industrias a que se establezcan en la región, y que contrate mano de obra más o menos bien pagada y que ello mismo reactive nuestra economía.
Quien viaja, ve que otras ciudades si han corrido con esa suerte. Su crecimiento lo grita. Se encuentran trabajos con sueldos dignos. En nuestra ciudad, no se puede presumir de ello; la regla del liberalismo se aplica: Mucha oferta, poca demanda, baja el precio y entonces la mano de obra se vuelve mercancía que se abarata.
Me imagino que son los políticos quienes deberían de remediar este tipo de situaciones. Se habla mucho y se ven pocos resultados. Lo cierto es que si la gente tiene trabajos dignos muchos de nuestros males serían remediados y volvería a fortalecerse la esperanza en el futuro.
La ciudad iluminada es un tino, no digo que no; sin embargo, a esta ciudad le faltan mucho más cosas. El pavimento se está deteriorando, por ejemplo, y eso da muy mal aspecto.
¿De dónde puede venir la nueva industria? Tal vez de donde ha salido la que tenemos, de los propios inversionistas regionales que tengan visión de futuro. O crecen las actuales o se crean nuevas, o se interesan a extranjeros a que vengan a invertir a nuestro territorio con todos los riesgos que eso conlleva.
Gobernar a un estado o a una ciudad consiste en dotarlas de futuro, cuando se es buen gobernante. Nosotros tenemos la sensación de que no salimos del hoyo a pesar de todas las cosas que se dicen que se hacen. Para llenar restaurantes y tiendas de conveniencia o departamentales, que son las únicas novedades de la ciudad, hace falta la industria que genere los trabajos necesarios para que la gente tenga algo para gastar.
Es fin de año, época en que nos ponemos a pensar en lo que ha sido de nosotros en el paso del tiempo. Por eso, no vemos en firme nuestro crecimiento o la solución a nuestros problemas, por eso lanzamos nuestro deseo de que se vuelva a ver el bullicio de antaño, en esta ciudad, el bullicio que existe en otras ciudades de la república y eso no se va a resolver con la apertura de barecitos en el Paseo Colón.
Y si hubiéramos de escribir la carta a Santa, que ya no es tiempo por haber pasado la Navidad, pediríamos:
Más fuentes de trabajo estable y con un sueldo digno. Dotar de inteligencia a quien tenga que dotarse para que se pueda promocionar nuestra región como propicia para la inversión. Que se resuelvan los problemas que hasta ahora nos han dado la imagen de inseguridad que tenemos y que se recupere el espíritu de lucha y pujanza que siempre hemos tenido.
Para ello, tenemos que trabajar todos juntos. Tener ganas de trabajar, tener ganas de crecer, tener ganas de aportar cada quien su grano de arena y según sus posibilidades para que nuestra región recupere su crecimiento.
Siempre en año nuevo hay buenos deseos y grandes esperanzas. No está de más que lo intentemos.
Feliz año nuevo.