La defensora de derechos humanos llevaba una relación íntima y amorosa con el mafioso. (YOUTUBE)
En una prisión de máxima seguridad de Sverdlovsk, Rusia, una activista de derechos humanos protagonizó un escándalo tras frecuentar a un jefe de la mafia rusa a su celda.
La mujer procuraba el espacio del criminal con la presunta intención de garantizar sus derechos y que no fuera víctima de algún abuso por parte de los custodios, sin embargo, semanas después se darían a conocer las verdaderas intenciones de la fémina.
Resulta que guardias de la cárcel colocaron una cámara en la celda del recluso, pues cada vez que recibía a la activista en su celda la visita se tornaba sumamente larga, dando lugar a sospechas por alguna actividad ilícita.
Fue así como se descubrió que la fémina y el reo mantenían una relación afectiva e incluso llegaron a intimar dentro de la misma prisión como muestra una videograbación divulgada. Esto habría ocurrido en múltiples ocasiones sin que nadie se diera cuenta
El material fue difundido públicamente para denunciar a la activista por sus inapropiados actos, sin embargo, la difusión de las imágenes no sólo acarreó críticas contra la dama, sino también contra el centro penitenciario por permitirle al mafioso tener una “celda de lujo”.
Las imágenes revelaron que la celda del individuo tenía toda clase de aparatos tecnológicos, prácticamente era una habitación común y corriente lejos de parecerse a un espacio de reclusión.
