Las escuelas de Los Ángeles recuperaron ayer la normalidad, tras la amenaza que llevó al cierre de más de 900 centros educativos el martes y que finalmente fue considerada “no creíble” por las autoridades.
Los estudiantes regresaron ayer a las aulas con normalidad después de que los centros de Los Ángeles Unified School District (LAUSD), el mayor sistema de escuelas públicas de California con más de 700,000 estudiantes, permanecieran cerrados el martes por una amenaza que incluía el uso de explosivos y armas de fuego.
Michelle King, ayudante principal del superintendente de LAUSD, quiso “asegurar a estudiantes, padres, tutores, profesores y otros empleados” que las escuelas “son seguras”, según indicó ayer en un comunicado.
El único problema del que se ha tenido constancia fue la interrupción de las clases durante por espacio de 20 minutos en el Calabasas High School.