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Estamos todos en guerra

Actitudes

JOSé SANTIAGO HEALY

Ahora le tocó a París, la gran capital francesa, ser víctima de los peores atentados terroristas en su historia.

Precisamente en viernes 13 una serie de ataques coordinados en varios puntos de la ciudad luz ocasionaron la muerte de 129 personas e hirieron a unas 353 más.

Es el segundo peor ataque de un grupo terrorista desde lo ocurrido en Nueva York y Washington, en septiembre del 2001 y la peor matanza en Francia, desde la Segunda Guerra Mundial.

La salvaje acción atribuida al Estado Islámico de Irak y Levante, conocida como EI en español, ISIS o ISIL en inglés y Daesh en idioma árabe, puso de nuevo en jaque al mundo entero.

Es cierto que el número de muertos por terrorismo en el mundo nada tiene que ver con el saldo de los accidentes viales ni tampoco con las muertes por enfermedades del corazón o del hígado.

Según relata el colega Sergio Sarmiento en 2014 fallecieron más de 30 mil personas por el terrorismo, pero el número de muertos por accidentes superó un millón y 250 mil personas.

Asimismo los actos terroristas se han concentrado en las últimas décadas en los países del medio oriente y africanos como Irak, Siria, Israel, Paquistán, Nigeria y Afganistán.

Pero son los ocurridos en Occidente, en especial en Europa y en Estados Unidos, los que reciben una mayor difusión y atención por parte de los medios de comunicación.

La razón es por demás obvia, Europa Occidental y Estados Unidos son el símbolo máximo del desarrollo, la libertad y la democracia mundial. Nos guste o no son quienes dominan la economía y la política internacional.

Por ello es lógico que ataques contra esas naciones y sus poblaciones, como los ocurridos en París, provocaran una respuesta feroz e inmediata de los medios libres del mundo capitalista.

Además el miedo no anda en burro. Es por demás evidente que los grupos radicales, especialmente los islámicos, quieren destruir a las grandes potencias incluyendo Rusia a quien también le han propinado certeros ataques.

Hay que revisar la cronología de los atentados contra el primer mundo para descubrir hacia donde apunta la mira de los extremistas.

Primero fue Nueva York y Washington en septiembre de 2001 con casi tres mil muertos. Siguió Madrid en marzo de 2004 con 191 fallecidos al ser atacados varios trenes de pasajeros. En septiembre del mismo año, mueren 330 en Rusia, casi todos niños, en un choque entre terroristas y fuerzas de seguridad dentro de una escuela.

En julio de 2005 tocó a la ciudad de Londres sufrir los estragos del terrorismo, cuatro explosiones paralizaron el transporte público con un saldo de 57 muertos y más de 300 heridos. Más reciente fue Boston la ciudad que padeció otro ataque terrorista durante el maratón en abril de 2013, fallecieron tres personas, pero 282 resultaron heridas.

Hoy tocó a París que precisamente en enero de este año fue víctima del atentado contra el personal del semanario satírico Charlie Hebdo en donde fueron acribilladas once personas y once más fueron heridas.

La solución para esta escalada terrorista que vive el mundo y en especial los países desarrollados y los del Medio Oriente, no se vislumbra a corto plazo toda vez que los argumentos de los grupos extremistas son irreconciliables con el mundo occidental. Tampoco ayuda a la paz la respuesta violenta que tanto Estados Unidos como Inglaterra y ahora Francia han dado al terrorismo.

Algunos recuerdan con temor los tiempos en que Europa fue dominada por los musulmanes durante varios siglos y que no fueron precisamente los mejores años para esa región: Hoy se vive un nuevo éxodo de inmigrantes del Medio Oriente al tiempo que los fanáticos islámicos abren fuego contra Francia para avivar el pánico, la anarquía y la incertidumbre.

No son tiempos fáciles los que vive el mundo occidental, pero tampoco para los pueblos árabes que llevan décadas inmersos en fuertes rencillas y conflictos.

América Latina y en su caso México también padecen una alta dosis de terrorismo, aunque aquí los agresores no son islámicos ni al-Qaedas, sino grupos de narcotraficantes, criminales y uno que otro político.

Tiene razón el presidente Francoise Hollande cuando dice que Francia está en guerra, pero debió decir que todos en el mundo estamos y seguiremos en guerra en tanto no se logren condiciones de igualdad, estabilidad y concordia para la humanidad.

 APUNTE FINAL

Censurar los spots publicitarios de Andrés Manuel López Obrador porque supuestamente está haciendo campaña política para 2018, sería tanto como prohibir que Aurelio Nuño, Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio, aparezcan en televisión y emitan discursos públicos… Lo que sí debe reformarse de la ley electoral son los cuantiosos subsidios a los partidos y las abrumadoras cuotas de spots durante las campañas electorales.

Comentarios a: jhealy1957@gmail.com

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