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Evasores fiscales

GILBERTO SERNA

Desde tiempos remotos quienes amasan grandes fortunas ya sea legítimas o producto de trácalas, tramposas o corruptas, se apodera de ellos un miedo irracional a perderlas o que el fisco les quite parte por concepto de impuestos, por lo que han buscado la manera de tenerlas a salvo de cualquiera que pretenda arrebatárselas por la buenas o por las malas. En la antigüedad era una costumbre común esconder los monedas o billetes debajo de un colchón o en robustas horadaciones. en tierra o paredes hasta llegar a estos días en que la gente recurre a bancos ad hoc que se prestan a recibir en sus arcas los dineros lícitos o ilícitos. A los que como abejas sedientas de polen acuden ciudadanos de todas partes del mundo. Así llegamos a estos días hasta el banco HSBC contra el que hay acusaciones muy graves de que su filial en Suiza ha sido utilizada por miles de personas para depositar dinero con el fin de eludir obligaciones fiscales en sus países de origen.

Las listas que se han dado a conocer en investigaciones hechas por el diario francés Le Monde revelan que son 106 mil inversionistas los que presumiblemente no declararon impuestos en sus países de origen destacando varios nombres de acaudalados mexicanos. A este respecto cabría puntualizar que no se puede decir que las cuentas pertenezcan solamente a políticos corruptos, lavadores de dinero, narcotraficantes, dictadores o mafiosos, sino que hay gente cuya fama estaba considerada impoluta y sin embargo se le menciona entre los que usaron los servicios financieros del banco inglés Hong Kong and Shangai Banking. para abrir cuentas. De eso y más se está encargando el Servicio de Administración Tributaria para determinar si aún se encuentran vigentes, así como si generaron utilidades a sus titulares y si éstos pagaron los impuestos correspondientes en nuestro país.

En la lista de cuentahabientes originarios de nuestro país figura el socio de un importante grupo financiero con una inversión de 168 millones de dólares, un prestigiado oftalmólogo con un depósito de 111 millones de dólares, un empresario de la industria textil con 95 millones de dólares, así como el padre y el hijo dueños de una compañía de Internet y televisión por cable que entre los dos cuentan con una inversión de 149 millones de dólares. Los escándalos por operaciones de inversión que implican lavado y evasión fiscal ya se han presentado en varias veces a lo largo de la historia, estando la banca Suiza involucrada. Bien hasta aquí el relato somero de quienes tienen y pueden cargar costales de dinero en sus espaldas, que en estos tiempo álgidos requieren de carros blindados por el simple hecho de salir a las calles.

¿Para qué tanto dinero? guardado en las oscuras arcas de una casa de dinero sin siquiera como el tío del pato Donald tenerlo a mano para disfrutarlo en una alberca, echándolo al aire, bañándose, para sentirlo correr sobre su piel en una cascada de monedas, así de excéntricos son los ricachones, sin beneficio para nadie, como no sea para la institución bancaria que los tiene en su poder, lo cierto es que tratándose de nuestro país no sería nada extraño que temieran perder sus fondos como consecuencia de la inseguridad que nos asola. De ahí que prefieran guardar su dinero en el extranjero donde consideran estará a salvo su patrimonio bien o mal habido.

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