El suizo eliminó a Murray al son de 7-5, 7-5 y 6-4. (EFE)
En una semifinal plagada de grandes puntos, el suizo Roger Federer superó al británico Andy Murray al son de 7-5, 7-5 y 6-4 para fijar cita contra el serbio Novak Djokovic, en lo que será la reedición de la última final en la Catedral del Tenis.
Dos horas y siete minutos necesitó “Su Majestad” para sacarse de encima a un oponente que, empujado por el público, llegó a dejarlo congelado en la pista, pero sus 35 tiros ganadores no fueron nada en comparación a los 56 que le recetó.
Instalado en la Cancha Central del All England Club, lugar que lo ha visto coronarse en siete oportunidades, el helvético dejó boquiabierto a una de las mejores versiones del escocés y dejó en claro a todos que la edad es simplemente un número, pues él se encuentra en plena forma a un mes de cumplir 34 años.
Apegado a la tónica que lo acompañó a lo largo de estas dos semanas sobre el césped sagrado, Federer estuvo intratable al saque y apenas concedió una chance de rompimiento en todo el encuentro.
Y mientras el monarca de la edición 2013 festejaba con ahínco cada que se quedaba con algún rally, el heptacampeón acechaba silencioso a su presa para dar el golpe justo en la devolución del 6-5.
Con la pizarra a su favor, Federer repitió la dosis para el segundo capítulo, el cual pudo ser más breve de no ser por el décimo “game”, con Murray al saque 4-5 y en el cual tuvo que revertir cinco puntos para set.
Después de escapar de esa situación límite, el estadio y la esquina del local, encabezada por su entrenadora Amélie Mauresmo, se volcaron en favor de su representante, quien volvió a fallar para forzar un desempate y permitió que su rival se escapara con ese episodio.
Con la balanza más que inclinada de su lado, el de Basilea aceleró con exquisitos reveses, los cuales sorprendieron más de una vez al vigente campeón olímpico cuando subía a la red con las peores intenciones.
Y es que el discípulo del sueco Stefan Edberg sólo cedió una vez su servicio hasta ahora, en duelo de los cuartos de final ante el francés Gilles Simon y este viernes, las temibles contestaciones de Murray no fueron capaces de emular semejante hazaña.
Enmarcada con 20 “aces”, el ex mandamás del circuito gozó de una victoria que incrementó el sueño de cubrirse de gloria por octava ocasión en la hierba londinense, para dejar atrás los siete conquistados por el estadunidense Pete Sampras.
Con el puño en alto, el máximo ganador de Grand Slams alcanzó su vigésima sexta instancia decisiva en eventos de esta índole y la número 131 en torneos en general; pero antes de añadir otra gema a su corona, deberá aplacar a “Nole”, su verdugo hace 12 meses tras cinco vibrantes mangas.
