Festival Internacional Visiones Sonoras
En una era donde las nuevas tecnologías se van apropiando poco a poco de la composición musical, cada año tiene lugar en Morelia un encuentro en que los diseñadores del sonido hallan un tesoro de retroalimentación informática-sonora y conviven con personas con intereses similares. El Festival Internacional de Música y Nuevas Tecnologías Visiones Sonoras es un evento único en su tipo en México, que a lo largo de 11 años ininterrumpidos se ha convertido en un importante espacio donde el arte y la ciencia se ven de frente.
Corría el año de 2005 cuando el compositor mexicano Rodrigo Sigal, actual director del Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (CMMAS) comenzó a trabajar junto a Alonso Escalante, quien en ese entonces se desempeñaba como subdirector de Programación Artística de la Dirección General de Música de la UNAM, en la idea de un festival que presentara las nuevas tecnologías aplicadas en la composición musical. El resultado fue la creación del primer Festival Internacional de Música y Nuevas Tecnologías Visiones Sonoras.
“Llegamos a la idea de Visiones Sonoras, de que justamente iba a ser un festival en evolución que no necesariamente estuviera ligado a un tipo de música, el primer festival, por lo menos que yo conocía en el Distrito Federal, que iba a tratar de cambiar el estilo musical cada uno de los años, o irlo variando, donde el eje rector fuera la tecnología”, declaró el doctor Rodrigo Sigal en entrevista exclusiva para Siglo Nuevo.
Así, la primera edición del festival se celebró del 21 al 24 de septiembre de 2005 en la Sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario en la Ciudad de México. Dos años después, la sede se mudaría al Centro Nacional de las Artes (Cenart) en la capital del país y al Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (CMMAS) en la ciudad de Morelia. Para la edición 2008 se utilizarían también espacios del Conservatorio de las Rosas, ubicado en la capital michoacana. Finalmente, en 2009 Visiones Sonoras encontraría su hogar en las instalaciones de la Unidad Académica de la UNAM Campus Morelia, donde el Auditorio de Vinculación Cultural y el Auditorio de Cultura Ambiental se han convertido en fieles testigos de la consagración internacional del evento.
Durante sus once ediciones, Visiones Sonoras ha albergado la presencia de grandes iconos de la música electroacústica como Francis Dohomont (Francia), Miller Puckette (Estados Unidos) Denis Smalley (Reino Unido), Antonio Russek (México), Joao Pedro Oliveira (Brasil) y, recientemente, Ake Parmerud (Suecia) y Charles Mason (Estados Unidos), entre otros. Además, se ha convertido en un foro donde la música acusmática, la música mixta, el arte sonoro, la instalación sonora y el videoarte también encuentran un lugar.
“Nosotros no pagamos el transporte de ningún artista, no importa quién sea, directamente de los recursos del CMMAS no lo hacemos. Eso lo complica, pero por otro lado también hace que aquellos que deciden venir y que nos ayudan a conseguir el apoyo con las embajadas, o lo pagan de su bolsa, o sus honorarios, lo que sea, le den un valor muy importante al festival y vienen porque realmente están convencidos”, compartió Sigal.
Con el apoyo de la Secretaría del Estado de Michoacán, el Conaculta a través del Cenart y el arduo trabajo del personal del CMMAS, la idea de Rodrigo Sigal se ha transformado en uno de los festivales más importante de su tipo en Latinoamérica, a la par del Festival Tsonami de Chile o de la Bienal Internacional de Música Electroacústica de Sao Paulo. La importancia de Visiones Sonoras para la vida de este compositor mexicano (quien ha sido director artístico del evento desde su inicio) es tanta que incluso, en ocasiones, Sigal lo ha comparado con su hijo.
“El festival comenzó con unos días de diferencia del nacimiento de mi hijo y entonces yo lo he visto crecer y veo cuáles son los cambios en él, su capacidad de tomar decisiones solo, su capacidad de acordarse de las cosas, su capacidad de pensar en cuáles son sus gustos, sus intereses, sus relaciones con su hermana, con su mamá, conmigo mismo, empezar a caminar, empezar a hablar, empezar a tratar de aprender otro idioma (...) Me gusta esa comparación porque me doy cuenta de que Visiones Sonoras, en cierta manera, también es mi hijo”, reflexionó.
A lo largo de estos 11 años, Visiones Sonoras se ha consolidado como un espacio único donde la música y las nuevas tecnologías trazan territorio, emergiendo así, una gama de ideologías, talentos y formas de pensar y diseñar el sonido que lo convierten en uno de los eventos músico-tecnológicos más sobresalientes en el mundo.
LA EDICIÓN 2015
La onceava edición del festival se llevó a cabo del 6 al 11 de octubre de 2015 en las instalaciones de la Unidad Académica de la UNAM, Campus Morelia, ubicadas en la antigua carretera a Pátzcuaro en las afueras de la capital de Michoacán. Para esta ocasión contó con 52 artistas invitados y 70 becarios de 11 países como Suecia, Estados Unidos, Reino Unido, Holanda, Canadá, Brasil, Colombia, Argentina, Uruguay, Costa Rica y por supuesto, México.
También se ofrecieron más de 30 actividades entre ponencias, conferencias, exposiciones, talleres y conciertos donde al acceso al público fue totalmente gratuito. Se dispusieron unidades de transporte para el público asistente, mismos que partían del hotel en que se hospedaban los invitados y becarios, y también del centro de Morelia, ya que las actividades se realizaban de las 10:00 de la mañana a las 11:00 de la noche, aproximadamente.
La noción transdisciplinaria fue el eje central de esta edición de Visiones Sonoras, desde el que se abordó la música como un elemento de colaboración con otras disciplinas de las artes, las ciencias sociales y las ciencias tecnológicas. La descripción de los cambios tecnológicos a través del espacio temporal marcó su presencia y los debates resultaron una retroalimentación de información sumamente opulenta.
Otra parte importante del festival fueron sus talleres. El primero de ellos se tituló Geonotación, cartografía del espacio urbano y fue impartido por el artista visual Leonardo Aranda, quien abordó la tecnología de la geonotación, la cual, en resumen, viene a ser un auxiliar en el diseño de un mapa digital en donde se pueden colocar paisajes sonoros relacionados a las prácticas sociales de una ciudad, en este caso de Morelia.
“Básicamente estoy trabajando con cuestiones relacionadas con aspectos visuales y cartografía . Yo no soy del campo del sonido, pero la parte de la cartografía sí es mi fuerte (…) y aquí se trató de diseñar una especie de partitura digital a partir de técnicas de geolocalización que permitiesen crear paisajes sonoros con los cuales se pudiese interactuar”, explicó Aranda.
El segundo taller fue Topos Echóchromas Hórou (El lugar del timbre del espacio) Sobre la cognición auditiva del espacio, impartido por Jaime Lobato. En el cual se abordaron aspectos y técnicas de especialización.
Como punto importante, cabe destacar que por primera vez Rodrigo Sigal dejó de trabajar la curaduría para dejarla en manos de uno de sus compañeros del proyecto Lumínico con el fin de dedicarse únicamente a la dirección artística, situación que fue aplaudida por algunos asistentes.
“Le es difícil al festival poder buscar un sendero diferente siendo un mismo director en todo este tiempo. Yo creo que el cambio de un curador es un evento importante para un festival porque le va a dar otra mirada con todo lo que esto significa, sólo el tiempo dirá si fue una decisión correcta”, señaló el compositor y profesor costarricense Otto Castro.
EL RETO DE LA CURADURÍA
En esta ocasión Visiones Sonoras contó con el trabajo en la curaduría de José Luis García Nava, quien como artista de medios audiovisuales, ha trabajado de forma cercana con músicos contemporáneos y artistas sonoros ligados al uso de las nuevas tecnologías.
“José Luis es una persona que tiene una idea muy interesante acerca de que la música no tiene que suceder solamente en sonidos, puede suceder en otras disciplinas. La misma manera de pensar en la música puede suceder en el video, en la danza, en el teatro. No quiere decir que la música sirva para esos medios, sino que sus variables se pueden extrapolar y eso a mí siempre me ha parecido muy interesante”, indicó Rodrigo Sigal.
García Nava fue invitado por Sigal precisamente por la necesidad de tener nuevos aires en el congreso. La premisa supuso, en términos básicos, cambiar el formato y la temática hacia algo más contemporáneo. Su experiencia de más de diez años en el campo de las artes vinculadas con la exploración en nuevas tecnologías (mismas que pueden generar puentes entre diversas áreas artísticas), señaló a García Nava como la persona indicada para ocupar el puesto de curador.
“En lo profesional, Visiones Sonoras me representa un gran ejemplo de lo que tendrían que ser otros festivales que están más o menos en el mismo entorno. Es un festival que afortunadamente ha producido una gran fidelidad y compromiso: es un festival apoyado por una comunidad. En cuanto a lo personal, significa un gran reto y una satisfacción muy grande al ver los resultados”, indicó el artista visual José Luis García Nava a Siglo Nuevo.
El también ingeniero industrial, destacó el atrevimiento para abrir la visión del festival hacía otros campos de trabajo, de donde la música y las artes sonoras pudiesen partir para crear una especie de colaboración, un cosmos donde las uniones de las distintas ramas pudieran establecer un eje común.
“La idea de traer a otras formaciones, a otras maneras de ver la música a Visiones Sonoras para mí también representaba romper este círculo un poco cerrado, un poco hermético, de los compositores contemporáneos que de repente sólo ellos se entienden”, subrayó.
Ante el debate de que la ciencia y el arte se definen como disciplinas que van de la mano una con otra (concepto que es parte esencial de Visiones Sonoras), García Nava considera que los públicos son inteligentes y saben cuándo ciertos elementos de su contemporaneidad deben de adherirse en una producción artística. Algo que sin duda, fue firme característica de su trabajo como curador en esta emisión.
“Los públicos empiezan a reclamar estos otros elementos artísticos, comunicativos, que una obra mediada por la tecnología nos puede dar en el contexto actual. Ya después, es decisión de los artistas si ellos quieren voltear a ver al reclamo de ese público e integrarse a este todo que nosotros intentamos impulsar, o si no lo quieren hacer y deciden mantenerse en una producción más tradicional”, concluyó.
REFLEXIONES COMPARTIDAS
Durante toda la semana, el auditorio de la Unidad de Cultura Ambiental se convirtió en una caja de información sonora debido a las interesantes conferencias que tuvieron lugar en el recinto y que generaron debates que los asistentes extendían por los pasillos incluso en las horas de descanso.
Se presentaron por ejemplo un par de ponencias breves por parte de algunos becarios y las conferencias: Implicaciones estéticas en torno a la experimentación sonora en la ciudad de Medellín, 2004-2014 de José Gallardo y Expanding Minds with Visual Music de Pablo Pérez-Zárate.
Destacó la intervención del compositor argentino Daniel Quaranta y del mexicano Édgar Barroso con su ponencia Hacía una polifonía discursiva en la investigación musical, donde se abordaron aspectos de interdisciplina, multidisciplina y transdisciplina; además, se generaron algunas reflexiones acerca del papel social que tiene un compositor en la música contemporánea al prestarse a colaborar con otras personas, incluso fuera del área musical.
¿Cuándo colaboras con alguien qué tanto estás dispuesto a modificar tu identidad? ¿Qué tanto crédito le das a tu colaborador? ¿Qué sentido tiene hacer música si no se comparte? ¿Por qué hemos sido tan egocéntricos?, fueron algunas de las cuestiones que lanzó Barroso.
El mismo Édgar Barroso presentó en solitario otra conferencia denominada Covulución. Reflexiones acerca del sonido, la música y la educación en una era hiperconectada y colaborativa, donde compartió algunos de los proyectos en los que se encuentra trabajando, entre ellos el diseño de jardines sonoros.
El mismo día, Francisco Colasanto (subdirector del CMMAS) presentó su postura respecto a la utilización de las herramientas análogas y digitales en su presentación titulada Viejas ideas, nuevos juguetes. El compositor argentino expuso un recorrido histórico por la evolución de los sintetizadores e invitó a los presentes a reflexionar de qué manera se puede obtener lo mejor de los sistemas análogos y digitales para realizar la composición de una obra.
“Creo yo que es tonto ponerse dogmático en ese sentido y decir que si no uso tal tipo de software o tal tipo de hardware entonces no sirve. Yo siempre creí que uno usa lo mejor de cada cosa que puede utilizar, entonces creo que lo interesante del hardware analógico de hoy en día es que ha incorporado todas las ventajas de lo digital y entonces tenemos productos que podemos llamar híbridos (…) juntando las dos cosas puedo tener el instrumento perfecto”, compartió Colasanto.
El diseñador uruguayo de videojuegos Gonzalo Frasca cautivaría a los asistentes con su interesante plática titulada Cómo decir, emocionar y enseñar con videojuegos. Este espacio se convertiría en un claro ejemplo de la transdisciplina del festival al abordar áreas que van más allá de la música.
Frasca abordó los defectos que posee el sistema educativo actual y los métodos de aprendizaje modernos, de esta forma colocó al videojuego como una alternativa educativa fiable. “El ser humano evolucionó genéticamente para aprender de una manera, que es jugando”, resaltó el oriundo de Montevideo.
Otra de las intervenciones más sobresalientes fue la del compositor torreonense Antonio Russek, quien en compañía de Rodrigo Sigal presentó su material discográfico Obra Reunida, un recopilatorio que alberga los más importantes trabajos del pionero de la electroacústica en México. Russek tomó el micrófono para dirigirse a los jóvenes compositores y recalcarles que el mercado tiene estrategias “muy agresivas” para vender, esto respecto a la reciente moda en la que se ha convertido la compra y venta de discos de vinil.
Para el lagunero, es tonto y falso declarar que el vinil tiene mucha mayor fidelidad que el disco compacto, debido a que técnicamente esto no es posible. “El ruido de la distorsión en las grabaciones analógicas posee armónicos que son agradables al oído humano. Algunos músicos se rehúsan a acostumbrarse al sonido nítido y limpio de la era digital”, sostuvo Russek.
Finalmente, el doctor Ricardo Dal Farra tuvo un interesante cierre en materia de conferencias con su exposición Investigación-Creación/Acción. Entre los datos masivos y los microuniverseos. El profesor argentino trató temas relacionados al uso de datos informáticos para la construcción de obras artísticas. “Nos guste o no nos guste, todo se monitorea (…) si se coleccionan los datos seguramente es para algo. Podemos vivir como que no lo sabemos o podemos hacer algo con ello”, enfatizó Dal Farra.
UNA EXPERIENCIA ÚNICA
Algo que sin duda alguna distingue al festival Visiones Sonoras es su número de becarios. Para la onceava edición se otorgaron 70 becas en las modalidades de asistente, ponencia breve y presentación en la sesión de póster. Los beneficios de estas becas cubrían el alojamiento en hotel, comidas y transporte del hotel al campus de la UNAM durante la semana del evento; lo único que los becarios tenían que pagar por sus medios era el traslado a Morelia desde su lugar de origen (en caso de no residir en la capital de Michoacán).
Para obtener una beca, cada joven compositor debía enviar una solicitud en línea a través del portal del CMMAS (www.cmmas.org) donde se les pedía mostrar un proyecto y ejemplos de su trabajo artístico como compositores.
Marisol Gómez, de 25 años, es originaria de Aguascalientes pero radica en San Luis Potosí, fue becada como asistente debido a su proyecto que consta de un performance en el que involucra arte sonoro mediante un sistema octafónico. Ella lleva tiempo trabajando en la danza contemporánea y para su postulación contó con la asesoría de Claudio Delgado, coordinador académico en el Centro de las Artes de San Luis Potosí.
“El festival se me ha hecho muy bien organizado, totalmente estructurado. Los artistas son de primera categoría y eso me ha impresionado mucho. También me ha impresionado el espacio que se da para interactuar con los artistas y hacer estas conexiones. Prácticamente ha sido una experiencia nueva porque es la primera vez que vengo”, señaló la joven compositora.
Entre los becarios locales destacó Alan Cardoso, un joven moreliano de 26 años y productor de música electrónica. Fue becado por primera vez como asistente en esta última edición del festival debido a su proyecto Aranemi, el cual, señala, se mueve entre los subgéneros del breakbeat, ambient y drum n’ bass; aunque también menciona que desde hace cuatro años tiene conocimiento de la existencia de Visiones Sonoras.
“Me siento muy contento porque pude hacerme de más contactos; pude conocer gente de otras partes, de otras ciudades y además es una muy buena oportunidad porque te becan (…) He visto que el festival ha estado evolucionando, el primer día si hubo muchísima más gente que en algunos otros años cuando yo solamente venía a los conciertos”, comentó.
Martín Pineda, un bogotano de 22 años, recibió su beca debido a que fue seleccionado para presentar una pieza musical en la sesión de póster. Su obra Piezas infantiles, trataba sobre la exploración que realizó con timbres sonoros provenientes de canicas. Su trabajo, de nueve minutos y medio, resultó un conjunto donde la organización de su material mediante un pequeño organigrama lo llevó al objetivo deseado.
“Lo que quise hacer era tratar de vislumbrar el material a través del sonido sin que se destruyera el objeto sonoro como tal; es decir, que el oyente pudiera llegar a reconocer la fuente del sonido por medio de la reiteración”, explicó.
El joven compositor colombiano calificó a Visiones Sonoras como una oportunidad muy valiosa, ya que “es una manera de lograr que el trabajo que uno ha estado haciendo salga del cajón. Es difícil encontrar festivales, eventos o hasta bares que divulguen este tipo de obras”, expresó.
Otro de los compositores zagales que participaron en esta exposición de obras fue el costarricense Sergio Fuentes quien se mostró muy contento de asistir al festival. “Digamos que estar aquí es un placer, en serio, porque Visiones Sonoras es un festival que convoca a muchos profesionales en la materia y en general México me parece un destino muy bonito”, resaltó el residente de San José. El también sociólogo de 26 años presentó Suitcase, elemento sonoro que define como un resultado de investigación a partir del uso del error para composición.
“Sonoramente está compuesto por formatos que no son sonidos; por ejemplo, agarré PDFS, textos y videos y los pasé como datos crudos a los cuales les extraje su información digital y la traduje a sonido. A partir de eso hice una taxonomía de samples y ahí fui componiendo”, expuso.
Fuentes es uno de los alumnos del profesor Otto Castro, compositor contarricense con reconocida trayectoria en la música electroacústica y también becario de Visiones Sonoras. En ediciones anteriores Castro había presentado conferencias y obras, pero en esta ocasión se limitó a ser asistente aprovechando la residencia artística que realiza en las instalaciones del CMMAS.
“En otras ocasiones lo que he presentado son trabajos artísticos. Una vez vine y presenté una obra que se llama Transurbano, que es sobre la ciudad; en otra edición presenté Cantos de La Llorona, que es una obra basada sobre los arquetipos y la leyenda de La Llorona, es una obra para música antigua y electrónica; y en otras oportunidades más bien he venido como gestor, como articulador en ciertos procesos que hemos hecho en Latinoamérica”, destacó Castro.
Por su parte Galo González, quien trabaja proyectos con danza contemporánea en la ciudad de Cuernavaca, adquirió su beca mediante la presentación de una ponencia breve (de menos de diez minutos de duración) titulada Mantis, en la que expuso trabajos realizados con sensores y bailarinas.
“ Yo creo que el venir a Visiones Sonoras significa abrir los ojos y la mente porque te encuentras perspectivas de todo el mundo, son cosas que no suceden regularmente en otros lugares ni en otros espacios. Pienso que el tiempo es poco pero es una gran oportunidad para todos nosotros los becarios, entonces pues hay que sintetizar y echar adelante la ponencia”, dijo.
Por último, se encontraron aquellos músicos y compositores que por alguna razón no lograron obtener una beca o simplemente no la solicitaron, sin que eso fuera un impedimento para que hicieran presencia en el festival.
Tal es el caso de Iván Benítez, productor moreliano de música electrónica, a quien el hecho de no ser becario no le afectó ya que la beca supone privilegios que él no necesitaba. “No me registré justo porque no necesito hospedaje o comida pero entiendo a algunas personas que han dicho que se sienten un poco rezagados, creo que es algo en que se tendría que trabajar en otras presentaciones”, aclaró.
LAS NOCHES DE CONCIERTO
Cuando finalizaban las actividades del día, el Auditorio de Vinculación Cultural abría sus puertas al público y ofrecía su escenario a las almas sonoras de los músicos contemporáneos, compositores electroacústicos y productores electrónicos que engalanaron con sus obras las noches de concierto.
El concierto inaugural se realizó la noche del miércoles ante la presencia de personajes como Salvador Ginori Lozano, Secretario de Cultura de Michoacán; Ricardo Calderón Figueroa, director del CENART y Diana Tamara Martínez, en representación del Consejo de Dirección de la UNAM, Campus Morelia. Esa noche, Rodrigo Sigal dio el discurso oficial de inauguración del XI Festival Internacional de Música y Nuevas Tecnologías Visiones Sonoras.
Durante la semana, el equipo técnico coordinado por Francisco Colasanto se preparó para manejar cualquier imprevisto que pudiese ocurrir en las presentaciones. “Los muchachos saben que durante Visiones Sonoras, ellos lamentablemente están todo el día dentro del teatro porque los ensayos son todo el día y luego en las noches son los conciertos. Saben que son cuatro días de trabajo muy intensos, pero la verdad es que lo hacen muy bien y hemos logrado tener un equipo de trabajo muy bueno”, opinó Colasanto.
Entre los compositores que se dieron cita para que su obra fuese interpretada, destaca el costarricense Alejandro Cardona, quien el miércoles presentó Ora Guiruche (Cuando el rayo cae) con la interpretación del Ensamble Onyx. Una pieza electroacústica que fue compuesta gracias al financiamiento de la beca Ibermusicas. “Cuando me di cuenta del momento del año en que iba a hacer la residencia en México fue cuando me comuniqué con Rodrigo (…) Además la obra, en mi proyecto de Ibermusicas, era para Onyx, con electroacústica. Como Onyx también iba a estar aquí entonces como que las cosas coincidieron y se aprovechó para hacerlo”, relató Cardona.
Por su parte Francisco Colasanto presentó al día siguiente su obra electroacústica Por los Andes, que fue interpretada por el violinista Abel Romero y que contó en el trabajo de video con la colaboración de Sebastián Torella. “Es una obra que hice para violín y electrónica, como seguiré componiendo obras para instrumentos acústicos y electrónica quizás más contemporáneas y por supuesto necesitaré intérpretes para hacerlo. Lo que si me sucede ahora es que realmente si no consigo gente que toque la música como yo quiero prefiero no hacerlo, sinceramente Abel hizo muy buen trabajo, y sumado al trabajo de Sebastián en el video, creo que quedó algo muy interesante”, declaró.
Piezas como Transmissions II de Ake Parmerud, Brain in Pulse de Rodrigo Sigal, Háptico de Édgar Barroso, Iridio del Ensamble Micro-Ritmia, Visiones de Antonio Russek y Organic de Ricardo Dal Farra también fueron algunas de las obras alabadas por los asistentes.
El festival tuvo fin la noche del sábado 10 de octubre con la presentación de Dal Farra, terminando así una intensa semana de actividades. Sin duda alguna, fue otro exitoso año en la historia del Festival Internacional de Música y Nuevas Tecnologías Visiones Sonoras, habrá que esperar otro año para que este congreso se vuelva a adueñar de la mágica Morelia.
Twitter: @BeatsoulRdz