Predial inhumano
Con la calidad de contribuyente al pago del impuesto predial en el municipio de Torreón, motivado por el interés de cubrir lo más pronto posible dicha obligación fiscal iniciando el presente año 2015 y, con el precedente de haber cubierto el monto del impuesto en una de las instalaciones de un centro comercial en períodos pasados, me dirigí a uno de ellos y aguardé la espera que me correspondía en la fila de contribuyentes.
La fila no era muy larga, algunos 20 metros, pero al llegar mi turno, se me informa que ahí sólo podrían pagar el predial sin ejercitar el descuento a que se tiene derecho por pertenecer a la población de la tercera edad.
Manifesté mi inconformidad ante la falta de sensibilidad a las personas de esa tercera edad y en donde se pudo avisar a través de un anuncio visible para no formar fila en ese momento o de haberlo hecho público por los diferentes medios de comunicación. Una persona ajena me informó que sólo lo podría ejercer ese derecho en la “Presidencia”.
Obviamente molesto regresé a casa pues por mi interés de cumplir y siendo de la tercera edad, el trámite se hizo más complicado. Intenté hacerlo por Internet, pero resulta que a pesar de la “preferencia” que se debe dar a esa tercera edad, el trámite que resultaría fácil, no estaba implementado por esa vía para adultos mayores. No hubo más remedio que acudir ahora a las instalaciones de la “Presidencia” y me correspondió una ficha con numeración arriba de 500 cuando sólo iban 200.
Pude decidir abandonar en el entendido de poder pagar el impuesto durante todo el año con el mismo descuento, pero al observar a gran cantidad de personas ahí aglomeradas de mayoría absoluta de adultos mayores, decidí esperar y observar.
Durante poco más de tres horas fui testigo de la clásica burocracia municipal y sobre todo de la falta total de consideración a muchos adultos mayores que esperaban a alguien que les ayudase a pagar pronto e irse a sus casas, pero la contestación sistemática era de hacer fila, de esperar y de que todos eran adultos mayores.
Tanta aglomeración motivó la también clásica corruptela y la intromisión sin respeto de varios contribuyentes que se adelantaban sin ficha al pago de sus impuestos con la anuencia de cajeros y dirigentes de la fila que se hacían de la “vista gorda”.
Lo peor fue observar las limitaciones de muchos contribuyentes que en forma personal fueron a pagar sus contribuciones que nada entendían, que apenas podían caminar, algunos en sillas de ruedas, otros ayudados por algunos familiares. Observar que exactamente contrario a la idea de ayuda y protección a esas personas de edad mayor, debían esperar, debían buscar asiento en ninguna parte pues no había y debían mantenerse atentos a su turno y en donde algunos ni cuenta se dieron que se pasó y otros por su evidente enfermedad de Parkinson o su imposibilidad de moverse con rapidez perdían su lugar.
Fui testigo del trato inhumano hacia todos nosotros, muchos ya habíamos ido a intentar pagar en otros sitios sin resultado. Sólo faltaba estar ahí para darse cuenta de lo irracional, de la falta de ideas y estrategias para facilitar por parte de la “Presidencia” el pago de ese impuesto o el del pavimento a los mayores de la sociedad, de la pena por la que atraviesan esas personas para “cumplir” y de la falta total de comprensión y respeto al derecho que se adquiere por parte de la burocracia municipal. Esto se puede comprobar mañana.
Tengo la percepción de que eso es un mal trato a esa tercera edad y por ello, con fundamento al artículo 5° fracción VIII y el 43 de la Ley de los derechos de las personas adultas mayores, elaboro la presente Denuncia para conocimiento de la Comisión estatal de Derechos Humanos.
Juan Meléndez Villa,
Ciudadano de Torreón.
