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El Herodes coahuilense

Dime Rubén Ignacio Moreira Valdez, cuál es tu sentir y pensar, si un feto ya presenta actividad cerebral que permitiría considerarlo una persona en estado naciente.

Esta particularidad de que las personas se caracterizan por su vida mental, es la que valida el concepto de muerte cerebral.

Un ser humano puede estar vivo sin que viva la persona que antiguamente fue Herodes I el Grande. Bajo su gobierno se incrementó el desarrollo del comercio y de la agricultura.

Se llevó a la práctica un plan de construcciones de importancia. Edificó la fortaleza Antonia, un palacio real, un anfiteatro, un teatro y un hipódromo.

En el año 20 antes de Cristo reemprendió la construcción del templo de Jerusalén.

Fundó y cambió el formato de varias ciudades siguiendo la línea helenística-romana: entre sus creaciones urbanísticas destacan Sebaste (Sebastia) y Cesárea Marítima.

Su reinado se compuso de hazañas criminales, muchas de ellas apenas conquistó Jerusalén y se instaló allí como rey.

Ordenó matar a cuarenta y cinco partidarios de Antígono, su contendiente.

Mató además a su cuñado Aristóbulo, a los dos esposos de su hermana Salomé, a su propia suegra Alejandra, a su mujer Marianne, a sus hijos Alejandro y Aristóbulo.

Conocedor del terror y hostilidad que su persona despertaba, llegó a ordenar que, cuando él muriera, pasaran por las armas a incontables judíos ilustres que previamente habían sido concentrados en el hipódromo de Jericó, con el solo fin de evitar la alegría del pueblo en el momento de su muerte.

Con todo, su figura es más conocida por el relato de la Matanza de los Inocentes, solamente narrado por el Evangelio de Mateo (2:16-18).

Y nada más.

La ausencia de mención de este relato por parte de otras fuentes canónicas o profanas suscitó debates sobre la historicidad del incidente1 2 que, sin embargo, tornó la figura de Herodes en el prototipo de los opresores, que no dudan en cometer crímenes incluso el asesinato múltiple de víctimas indefensa por miedo a perder el poder.

Respetuosamente,

Alberto Lara Noriega,

Torreón, Coahuila.

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