El porqué regalar televisores
La televisión abierta es el más terrible, cruel, despiadado y también eficaz instrumento de manipulación. Regalan los aparatos para vender, en términos generales, se puede decir; basura.
Lo que venden son productos de calidad dudosa a precios caros por el costo de la publicidad. Pero la verdadera venta o sea el negocio, son las promociones políticas, se publicitan instituciones como el INE, el IEPEC, IFAI, los cerca de veinte ¡(si veinte)! Partidos, las cámaras de diputados, senadores, el gobierno de la república, el gobierno de los estados, la suprema corte de la nación, los gobiernos municipales, los programas contra el hambre, y la lista sigue y sigue… y por supuesto los niños verdes, esas personas jóvenes finas, agradables, de buen aspecto, con cara de seminaristas pero en realidad unos avezados timadores, y que ni la burla perdonan con esas leyes verdaderamente ridículas que promocionan.
Estos televisores los “regalan” al grueso de la población mas vulnerable que también es el segmento de mercado objetivo de la venta de esta publicidad y productos.
¿Qué sucedería si no tuvieran estos aparatos? Pues sencillamente no habría quien comprara la programación de la televisión abierta (por ser extraordinariamente mala y aburrida y también tormentosa).
Mucho se preocuparon los “clientes” con el dichoso apagón analógico que “Su mercado” ese segmento de la población que sostiene el aparato “democrático” tuvieran sus cajas receptoras a tiempo.
¿Quién paga estos aparatos? Los paga la SCT, dígase todos los que pagamos impuestos.
¿Quiénes deberían pagar estos aparatos? Los deberían pagar las televisoras o sea los que se llevan el jugoso botín de la publicidad, por la sencilla razón de que ese segmento de mercado además de cautivo pudiera decirse es heroico, porque soporta estoicamente cinco minutos de “anuncios” y cuatro minutos de programa y ¡que programas! Desde las churro novelas que insultan a la población con el exceso de lujos de casas, carros y vestuarios ante la paupérrima realidad del público que las ve, y su extraordinaria exposición de dolor y miseria humana de parte de los libretos, oiga y soportar ala “señorita” Laura definitivamente junto con Mayito es verdaderamente tormentoso.
Señores de las televisoras ustedes deberían de regalar además de los televisores, despensas, cobijas, medicinas, becas de educación, bicicletas, estufas, refrigeradores mínimo, pues este segmento de población es el que los sigue haciendo cada vez más ricos y no la pobre nación.
Por cierto, mi muy humilde admiración y reconocimiento a todas las personas que como yo (cuando no pago el cable) después de arduas horas de trabajo tenemos que sufrir de una forma estoica y hasta heroica algunas horas de esta programación. Y definitivamente como se viera en la Roma antigua que el poder real del César estaba en la arena del circo y no en el frío mármol del senado. Hoy el poder del imperio esta en el circo de las televisoras ojala y no se derrumbe como el imperio romano.
Ing. Arturo Pedro Salas Juárez
Comarca Lagunera