Recordando a Gila
Lo expresado por el Alcalde de Torreón Miguel Riquelme a propósito del homicidio en el Hospital Univesitario, me recordó a su tocayo Miguel, el humorista español Gila y sus diálogos con el enemigo.
“¡Que se ponga!...! Oiga, ¿que nos han declarao la guerra? ¿Que no podría ser hasta mañana...? Es que hoy nuestros cañones tienen bala pero no agujero...” y por ahí rodaba la ocurrencia del humorista.
El Miguel mexicano suprimió los protocolos de seguridad porque no había guerra. Pero el ciudadano que piensa y examina, se alarma en grado superlativo.
¿Qué ocurrió?
El sábado pasado una persona ingresó a la primera Colonia que se encerró en la ciudad, La Campestre La Rosita. No tenía ahí su domicilio ¿por qué entonces estaba ahí? donde llegaron sicarios y le agredieron a balazos, no de uno sino de varios tiros de arma grande. No murió y el auxilio que recibió lo llevó al Hospital Universitario. Después ingresó una persona armada y terminó la tarea. Es lo que se llama Estado fallido que tiene una paternidad, frente a la presencia del Ejército en el bordo del Río, en el puente plateado. Entonces las cosas suceden porque alguien las permite o las quiere.
Se puede endeudar a todo un pueblo porque fallaron los controles político-financieros. Se puede privar de la vida porque se suprimen los protocolos de seguridad y se pueden dar las explicaciones más pueriles porque ningún regidor del Ayuntamiento ni Diputado alguno hace un ejercicio mental con todas las interrogantes que pudieron tener una respuesta si el agredido hubiera recibido seguridad. Días sin huella. Creo que la sociedad está agredida, ofendida y atemorizada. Tiene cañones sin agujero, diría Miguel...Gila.
Ramón María Nava
Comarca Lagunera
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Un ateo no puede ser ético
¿Qué moralidad puede tener una creatura que niega a su creador? Hablar de ética y criticar a todas las religiones, que por lo menos algunas son normas de conducta, es una forma de inmoralidad.
Que a través del tiempo en nombre de las religiones se han cometido atrocidades, no es exclusivo de las que creen en Dios. En la Revolución francesa eran ateos los que asesinaron miles de creyentes, entre los que había pueblo inocente, autoridades, religiosos y hasta monarcas. En ese tiempo el ateísmo era la norma de los revolucionarios y gracias a su ética acabaron devorándose entre si.
Dice un poeta mexicano: “Crímenes son del tiempo y no de España”. Hablar de la inquisición y no saber que esa institución la tenían todos los países en Europa en ese tiempo, es como referirse a los campos de concentración en la segunda guerra mundial y creer que estos eran exclusivos de los alemanes.
Ahorita que el mundo está tan convulsionado, hacer
Un elogio del ateísmo en nombre de la ética, es una postura tan descabellada como echarle gasolina a la lumbre para tratar de apagarla.
José Zarzar
Torreón Coahuila
