La duda
Tantos años nos han mentido que ahora, que tal vez dicen la verdad, no les creemos. Es más dañina la duda que la seguridad. La duda se alimenta de “tal vez”, “si hubiera” o lo que es peor cuando por décadas se nos ha dicho que ... “se están sentando las bases para un México mejor”.
Hoy se nos habla de que la educación será mejor con la Reforma Educativa, pero que sus resultados no se verán en este sexenio sino hasta por allá del año 2025.
Que el empleo está creciendo y que de acuerdo a las estadísticas del IMSS o el Inegi estamos avanzando más no nos dicen cuántos empleos se pierden en el mismo período.
Y que la baja en el precio del petróleo no generará otra devaluación a futuro ni mayor desempleo; así nos lo dijeron en 1980. Que el peso está fuerte frente al dólar y sin embargo sigue cayendo su valor.
Que habrá cárcel a los delincuentes con mayores penas y hoy aquellos que son una amenaza para la sociedad siguen libres o ya se les están yendo de las prisiones por mala integración en los expedientes acusatorios o hasta por órdenes de la suprema corte de justicia; ejemplos Florence Cassez, Caro Quintero, la Reyna del Pacífico. Eso significa ¿que nadie estará por encima de la ley?
Que los defraudadores caerán con todo el peso de la ley y me pregunto qué va a pasar con Elba Esther Gordillo, Jesús Villarreal, Granier, los de Oceanografía, los de la Financiera Ficrea y tantos que a costillas de las leyes mexicanas y la ceguera, muy conveniente por cierto de algunos jueces, andan libres y gastando a manos llenas sin que nadie les moleste.
Y se investiga aquí, se investiga allá y si acaso logran echarle el guante a uno, a los pocos días sale libre pues al fin tiene muchos recurso$$ para comprar a los encargados de hacer cumplir la ley. Hoy, para tristeza de los mexicanos, ya vimos que tanto el verde como el colorado, el turquesa, el tricolor y el azul y el del sol azteca y los menos conocidos no dejan de ser una pandilla acostumbrada al bien vivir, al agandalle y a la mentira para obtener sus grandes ganancias familiares.
No hay vuelta de hoja, estamos entrampados en la incredulidad hacia nuestros políticos, pero ellos aún piensan que somos aquellos de los años setenta.
Hay tantas verdades a medias, se suman ahora las verdades “históricas” y las mentiras completas que la duda está latente en nosotros y obstruye nuestra manera de pensar y vislumbrar un mejor país.
¿En quién creer? ¿ en quién depositar nuestra confianza?
Los hechos son la mejor fórmula para acabar con las dudas y lo hecho hasta ahora no lo ha logrado. Que los ataúdes que esconden las verdades completas, no a medias ni las históricas, se abran y salgan a la luz, como son, con todas sus consecuencias.
Los hechos no dejarán duda de que en México la ley se aplica pareja y no sectorial; de que las reformas son en verdad la panacea para el terrible contagio del desánimo; que los gobernantes, esos que ajustan presupuestos y obras por las pérdidas económicas en el petróleo también se ajusten sus salarios, ajusten al INE y el costo de sus campañas y que éstos sean congruentes a la productividad de cada uno.
Que los programas sociales no se vean como una contraprestación a cambio del voto ya que el PRI tiene tinacos, despensas, tarjetas, teles, y el PAN tan sólo ideas aunque éstas no les sirvan para ponerse entre ellos de acuerdo. Atínele quién va a ganar en la próximas elecciones.
Urge una oportunidad a la verdad, pero a la verdad política que venga a exterminar a la seguridad que tenemos de que están haciendo muy poco por este país.
Si la duda sigue creciendo, si la poca fe va avanzando, veremos urnas cada vez más vacías y manifestaciones cada vez más numerosas en las redes, calles o en las mismas boletas electorales y en las organizaciones recién creadas para exigir a plena luz del día respuestas más acordes a nuestras necesidades.
Recuerden que es peor no escuchar que navegar en la mar de la confianza de que no va a pasar nada.
Miguel Gerardo Rivera,
Gómez Palacio, Dgo.
