In memoriam Eduardo Iduñate
Ante el impacto que nos ha causado tu fallecimiento con la inevitable cascada de tristeza que se nos viene encima a quienes tuvimos la satisfacción de contar con tu amistad, permítanme unos momentos de su atención para estas palabras que, escritas a a distancia en que me encuentro, quisiera haber pronunciado en el acto con el que te despidió tu querida familia y todos los que pudieron acompañarla en esta circunstancia tan difícil de soportar.
Estas palabras van dirigidas también a todos los que tuvieron el gusto de conocerte y que, como yo, tampoco pudieron estar presentes así como hubiéramos querido hacerlo.
Es costumbre muy antigua resaltar los méritos de un difunto en la ceremonia solemne con la que, de acuerdo al ritual prevaleciente, le da su despedida la sociedad a la que pertenece.
Más aún si se trata de una personalidad digna de reconocimiento público y que se distinguió en su actividad profesional por ser un servidor de su comunidad, como fue el caso de Eduardo Iduñate en su fructífera trayectoria de abogado, notario, dirigente y promotor de asociaciones civiles y delprogreso que siempre impulsó para nuestra ciudad, región y país.
Muchos méritos que no alcanzaríamos a destacar en una circunstancia obligada al poco tiempo y palabras por el dolor omnipresente.
Ya transcurrido el momento inexorable creo que, más que hablar de lo que Eduardo Iduñate fue en el pasado, pero sin excluirlo de su tiempo, tan suyo como de nosotros, vale más pensar en él como lo que puede ser, con el ejemplo que nos dejó, en nuestro presente y futuro, sobre todo con su amor a la vida y al prójimo.
Recordarlo en su vocación para remontar las dificultades y no dejarse vencer por ellas, en su solidaridad con los necesitados de apoyo, en el consejo oportuno, honesto y sincero, que recibieron quienes buscaron sus servicios, y principalmente, en su ánimo de superación que nunca lo abandonó, aun en los momentos difíciles que hubo de soportar.
Este es el Eduardo Iduñate que nunca morirá, pues queda en el espíritu de nuestra comunidad, de su historia, y deja un recuerdo permanente entre quienes lo conocimos y con él compartimos amistades y metas que continuaremos aquí, allá y a donde nos lleve el ejemplo de su vida.
Fernando del Moral,
Exalumno del Colegio Cervantes,
PVC, y Tecnológico de La Laguna.