¿La tecnología nos dejará desempleados?
Hace cincuenta años, en un viaje a China, el renombrado economista de Chicago, Milton Friedman, mostró algunos de los programas de obras públicas destacadas del país asiático, en que cientos de obreros estaban cavando un canal con palas. Cuando preguntó por qué no utilizaban maquinaria pesada, los funcionarios respondieron que esa era su estrategia de crear más puestos de trabajo. En ese caso, replicó, ¿por qué no se sustituye las palas con cucharas?
El debate sobre el impacto de las máquinas acerca del empleo ha hecho estragos durante siglos. Pero los recientes avances tecnológicos han dado fervor renovado al debate.
Por un lado tienes economistas como Rob Atkinson, de la Fundación de Innovación de Tecnología de Información y del MIT al profesor David Autor, diciéndonos, “relájense”, “no pasa nada”, ya que a largo plazo la automatización creará nuevos puestos de trabajo y esto elevará los estándares del nivel de vida.
Y por el otro lado, tienes académicos como Jeffrey Sachs de la Universidad de Columbia y a Seth Benzell de la Universidad de Boston, con la advertencia de la posible destrucción de la clase media estadounidense, por los robots.
Empresas de investigación como Gartner incluso están proyectando la pérdida de un tercio de todos los trabajos a la automatización para mediados de los años 2020. ¿Por qué preocuparse? Las computadoras y los robots han hecho avances notables en el mundo laboral en los últimos años, no sólo en las fábricas, sino también en las oficinas de abogados, bancos y vehículos. No es la primera vez que la tecnología ha reemplazado a los seres humanos en el lugar de trabajo. Telares mecánicos tomaron el lugar de los artesanos hace 200 años. La Industrial de Parras cerró sus puertas, por una disrupción tecnológica. Que hizo incosteable la mano de obra con nuevas tecnologías, frente a una obsoleta práctica laboral defendida por el sindicato.
El surgimiento de las computadoras personales redujo la necesidad de secretarias hace 30 años. Estos avances en automatización afectaron industrias y profesiones específicas, pero todo esto elevó nuestro nivel de vida en general.
La diferencia hoy, es que los cambios parecen estar llegando mucho más rápido que antes. Vivimos en una época de crecimiento exponencial de la tecnología, que Andrew McAfee y Erik Brynjolfsson del MIT llaman la “segunda era de la máquina”.
Al igual que con otras revoluciones tecnológicas, la automatización es en el corazón de la transformación. Pero esta vez, la digitalización está dramáticamente reduciendo los costos de transacción y ayudando a la propagación del cambio más lejos y más rápido que nunca. Pocos pueden negar los beneficios que estos avances han aportado a la sociedad desde el año 2000.
Fernando Madero Ruiz,
Torreón, Coahuila.
