Nueva explotación
La maternidad de alquiler, más conocida como vientres de alquiler, no constituye ningún progreso ni avance social. Por el contrario, es una nueva forma de explotación de la mujer y tráfico de personas que convierte a los niños en productos comerciales. Supone una flagrante violación de la dignidad tanto de la madre como del niño.
Se intenta presentar a los vientres de alquiler, la maternidad subrogada, como una forma más de reproducción asistida, como un tratamiento altruista para paliar la infertilidad y ayudar a las esposos que no pueden tener hijos dándoles la oportunidad de poder realizar el sueño de ser padres.
Por otra parte, los contratos de subrogación son, sin duda, una manera de explotación de la mujer que vende o alquila su cuerpo por dinero, o por algún tipo de compensación. Los estados que admiten expresamente la gestación subrogada en su ordenamiento jurídico son Estados Unidos, México, Rusia, Ucrania, Georgia y Kazajistán. Mientras que, en Europa, la maternidad de alquiler está prohibida en la mayor parte de los países, esta es una actividad comercial en auge en un buen número de países de todo el mundo en los que las agencias lucran a costa del sufrimiento de los padres infértiles y la vulnerabilidad de las mujeres en situaciones desfavorecidas, desarrollándose todo un negocio de selección y proceso de calidad de mujeres y posibles futuros bebés.
Clement Ferrer
Madrid, España
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No se justifica
Paraguay sufre presiones internacionales para que una niña de 10 años, violada, acceda al aborto de su hijo. La ONU y Amnistía Internacional quieren convertir al niño en la principal víctima, cuando el culpable de la violación es el padre. Si no hay pena de muerte, ni siquiera para el violador, ¿por qué imponerla al hijo?
He aquí algunos testimonios.- Ken, un norteamericano afirma: “La violación es espantosa, pero se puede sacar algo bueno. Ese algo soy yo. A mi madre la violaron a los 15 años, acudió a una institución católica de caridad y tomó la valiente decisión de dejarme vivir. Luego fui adoptado. Llevo quince años casado, tengo tres hijos... y quisiera hablar en nombre de los que no tienen voz”.
Otro caso es el de Kristi Hofferber que descubrió que fue engendrada en incesto y pide: “Por favor, no matéis, abortándolos, a niños como yo. Le agradezco mucho a mi madre biológica haberme protegido y dado en adopción”.
A su vez, la colombiana Verónica Cardona quedó embarazada a los 16 años tras ser violada por su padre. Defendió la vida del bebé: “Yo no tenía el derecho de arrancarle la vida a nadie, y menos a una personita indefensa que no me había hecho nada”.
También Alfar A. Vélez cuenta cómo su madre fue drogada y violada por un grupo en Colombia. Pero era una mujer de fe, tuvo al niño, lo educó... y hoy Alfar es sacerdote misionero en Argentina. “Ella decía que, pese a todo llevaba en su seno el milagro de una nueva vida, una vida que Dios le había dado y que, por sus convicciones, no podía abortar. Y que si Dios se la había dado debía encontrarle el sentido.
Andrea C Nordbeck
Asunción, Paraguay.