Carta a mis conciudadanos
Hoy he escrito una larga carta a mis conciudadanos de la Comarca Lagunera de Coahuila y Durango: personas serias, honestas, honradas y preocupadas por sus estados.
La verdad es que la Constitución de 1917 no sólo nació vieja en su concepción del Sistema político sino que fue algo peor y que cuesta reconocer. El modelo político fue por encima de cualquier otra consideración una partidocracia.
Que si bien es cierta la Constitución de 1917 no atribuía a los partidos políticos el monopolio de la acción pública y/o política, sobre Sociedad Civil y Poder Político.
La realidad es que la acción de la vida de los citados partidos ha consistido en una asfixia de la sociedad civil, del Congreso de la Unión, del Senado de la República, de sus instituciones para que frente al Estado sólo quedara el ciudadano aislado.
Los partidos se adueñaron de la estructura del Estado, Congreso de la Unión, Senado de la República y sus instituciones. Sólo la decisión de dos o tres personas que son los líderes de los partidos correspondientes, gracias al vergonzante instituto de la disciplina de voto que impide a un diputado y/o senador votar como mejor le parezca porque tiene que obedecer las órdenes emanadas de su partido.
Hemos comprobado que es una corrupción institucionalizada amparada por los mecanismos de impunidad creados. El cambio que necesitamos es la recuperación del poder de la sociedad civil y conseguir su presencia directa en los órganos del Estado. Los partidos obviamente no quieren semejante movimiento porque eso implica ceder parte de su poder. La sociedad civil no se encuentra aún con los conocimientos necesarios de sus derechos y responsabilidades.
Yo tengo mis ideas, pero lo que cuenta, lo que importa son las que tengan los ciudadanos de la Comarca Lagunera de Coahuila y Durango, pero en un debate abierto, racional, en el que la historia tenga su peso, pero el futuro el suyo, en el que no confundir Estado único con Estado centralizado, en el que poner encima de la mesa las ventajas y los inconvenientes.
No sabemos cuánto tiempo transcurrirá porque el modelo de hoy consiste en crear desde el poder un sistema educativo en el que l@s individu@s renuncien casi a pensar por sí mism@s.
Que tengan como objetivo eso que dicen vivir, por encima de cualquier otra consideración, que renuncien a entender, a preguntarse, a comprender, al placer de conocer, a la búsqueda del conocimiento, al respeto por la sabiduría, a ilusionarse por encontrar respuestas a sus interrogantes vitales.
Seres human@s máquinas que son l@s que permiten al poder actuar a sus anchas y perpetuarse. Individu@s que protagonizan protestas de tabernas, bares, cenas, juegos de futbol, pero que a la hora de votar siguen encumbrando a aquellos de los que teóricamente reniegan que en su verdadero fondo albergan la condición de súbditos.
Alberto Lara Noriega,
Torreón, Coahuila.