Amistad educativa
Uno de los deseos más importantes de los hombres es tener amigos y disfrutar de su trato. Ese vivir es afecto puro y desinteresado con las personas que sienten una mutua estimación y simpatía. Pequeños y mayores, hombres y mujeres quieren tener amigos con quien hablar, manifestar las preocupaciones y recibir el consejo acertado. La amistad es uno de los valores más nobles de la vida humana y uno de los goces más elevados.
Por otra parte, las relaciones de amistad es un medio necesario para crecer Y para ser feliz. Esta relación humana también puede ser educativa en el ámbito de los padres con sus hijos y de los profesores con los alumnos. Los padres, además de la confianza con sus hijos añaden el otro factor importante de la paternidad y maternidad. Y los profesores añaden a la amistad con sus alumnos el sentido de la profesionalidad. En toda relación humana verdaderamente educativa, hay un fundamento: la amistad, por que sin amistad no podrán ser realmente educadoras.
Además, los hijos tienen derecho a la amistad de sus padres porque son sus hijos. Aprenden de ellos todas las virtudes que una verdadera amistad implica, como la fidelidad, benevolencia, lealtad, autenticidad, gratitud, etcétera, siendo un factor de primer orden en la formación humana.
La amistad admite grados. Un grado se daría cuando todo va bien y no hay discrepancias. Otro grado será cuando entre ellos han de soportar el desacuerdo y los silencias reflexivos. Un tercer nivel será cuando se tocan temas profundos tanto en el terreno humano como en el divino. En esta relación se pueden y deben tratar todos los asuntos opinables, comprendiendo y respetando todos los puntos de vista del otro.
El bien de la amistad tiende a crecer, a buscar nuevos amigos, ya sea en el trabajo profesional, entre los vecinos o en los viajes. Puede ocurrir que muchas personas se beneficien del trabajo ordinario propio, ya sea personalmente o por medio de las nuevas tecnologías, como el coreo electrónico, los mensajes, las conversaciones con móviles o a través de las redes sociales. En todos los casos habrá mayor amistad cuanto más amor se haya puesto en el trabajo y en las palabras.
Arturo Ramo,
Teruel, España.
Sociedad que envejece
El leve repunte de la fecundidad en España, según los últimos datos oficiales sobre la tasa de fecundidad, debe servir para tomar conciencia del invierno demográfico que caracteriza a las sociedades occidentales. Los datos son un buen indicador de la urgente necesidad de políticas públicas de apoyo a la natalidad y de acompañamiento a la familia.
Aunque los análisis más frecuentes inciden sobre las variables sociológicas, como la precariedad laboral y el retraso de la edad media de la primera maternidad, existen causas profundas que se relacionan con la concepción integral de la persona y las bases sobre las que se articulan los proyectos vitales. La total ausencia de una política a favor de la natalidad está perjudicando no sólo a la economía sino a la calidad moral de una sociedad que envejece, no lo olvidemos, a pasos agigantados. Después de pasar unos días en mi pueblo natal, lo he vivido en primera persona, no hay niños o hay muy pocos.
Domingo Martínez,
Burgos, España.