El día de la ¿dependencia?
“La libertad vale más que 4 años de vivir sin incomodidades”--Glenn Beck, periodista investigador. ¿Has preguntado a un niño cual es su sueño cuando sea grande? Imagínate que el niño te dijera: “mi sueño es depender de los programas de gobierno”. ¿Será ese un sueño libertador? Un país solo puede ser tan independiente como sus habitantes. Se es independiente cuando se produce en igual o mayor cantidad de lo que se consume. Cada individuo o familia independiente ayuda a incrementar el grado de independencia de su país ante el mundo. Pero cuando ocurre lo contrario, cuando el número de personas o familias independientes disminuye (como viene sucediendo en México y en gran parte del mundo de forma progresiva y peligrosa) la gente pierde libertad y sus respectivos países se vuelven dependientes de los grandes prestamistas mundiales, quienes siempre piden algo a cambio, generalmente, la imposición de sus agendas de ingeniería social basadas en lo que se conoce como “materialismo dialéctico” (base del socialismo-comunismo). Si no me creen, pregúntele a los venezolanos que están perdiendo la libertad hasta de educar a sus propios hijos; a los norcoreanos, cuya única libertad es la de alabar a su presidente cual si fuera un dios; a los cubanos quienes desde hace décadas construyen balsas para huir de su propio país!!; a los chinos, que llevan ya varias generaciones sin hermanas(os), tíos ni primos debido al experimento social de “un solo hijo por familia”, ley que por supuesto no aplica para los altos funcionarios del partido comunista. También pregúntenle a los millones de refugiados que huyen de Medio Oriente y África (sobretodo luego de la mal llamada “primavera árabe”), cuyos países recibieron armas y billones de dólares de financiamiento para supuestamente “democratizarse”. El caos es rentable para quienes buscan dominar a las mayorías quebrándoles el espíritu desde lo más íntimo que es el núcleo familiar. Hay que saber identificar el punto donde un sistema de gobierno se torna en esclavitud y tiranía. La moda política moderna intenta disfrazar ese punto de transición, pero hay señales, he aquí algunas: 1.-Alto endeudamiento del gobierno. 2.-Gobiernos obesos (muy tragones de impuestos) y clase media decreciente. 3.-Surgen los “ultramillonarios instantáneos” (la mayoría contratistas-proveedores del gobierno glotón). 4.- Impuestos siempre a la alza provocando que todo suba de precio menos los salarios del pueblo. 5.-Aumenta el porcentaje de la población que depende de programas de gobierno. 6.-Gasolina siempre cara, aunque el precio internacional baje. 7.-Surge lo “políticamente correcto” en detrimento de la libertad de expresión. 8.-Divisionismo e indiferencia entre el pueblo. 9.-Desarrollo de la cultura de la muerte, la mentira y el hedonismo. 10.-Aumento en el consumo de antidepresivos (y otras drogas) y en el índice de suicidios. 11.-”Inversión” de fondos públicos en espectáculos y vanidades corporales personales, descuidando la infraestructura pública básica como pavimento y agua. 12.-Escuelas en las que es imposible reprobar. 13.-Políticos que se nos presentan como “los salvadores” del caos (caos previamente diseñado y controlado por ellos mismos). ¿Coincidencias?
No obstante, creo que aún estamos a tiempo de corregir el camino si nos decidimos a llenar nuestra caja con huevos. Hay temas en los que todos (o la inmensa mayoría) coincidimos. No nos dejemos dividir, expresemos lo que pensamos sin miedo a lo “políticamente correcto”. No vendamos nuestra alma a un sistema que pretende ocupar el lugar que le pertenece solo a Dios. Hay 2 caminos: 1.-El amor, la verdad, la luz, la vida y el valor. 2.-El odio, la mentira, la oscuridad, la muerte y el egoísmo. Yo elijo el #1, ¿y tú?
Antonio Gerardo Arias Galán,
Torreón, Coah.
