Sobre el voto clientelar
Sr. González.
No puedo comprender íntegramente su escrito referente al voto clientelar si no sé exactamente lo que le es conocido por esa denominación Para prevenir mal entendidos, trataré de definir lo que muchos entendemos por ello:
Los sindicatos, departamentos oficiales o semioficiales, empresas descentralizadas y en fin todo centro de trabajo u organización que reúna un núcleo considerable de personal, cuando es favorable a determinadas intenciones indicadas por sus dirigentes ya sea por convencimiento o inducción se dice que son clientelas políticas para determinadas orientaciones comiciales. Si así lo entiende usted también, me permito hacer algunos comentarios que pueden diferir de lo que se asienta en el citado artículo.
Dependiendo de la intención, pudiera ser o no negativo su uso en el sentido electoral.
Si se pretende el chantaje, la presión directa, la seducción o la dádiva laboral es entendible que deba ser considerado como lacra; sin embargo también tiene un lado positivo, pues indirectamente, aunque se trate de cosas electorales, también es una educación cívica que enseña al personal que es ignorante de sus derechos y de lo que puede conseguir con ellos.
Claro que la influencia y credibilidad del líder influye en fijar su preferencia, pero que ¿no es lo mismo que hacen todos los candidatos en sus propagandas o mítines?, o lo que hacen otros grupos de influencia Vgr. el clero, los patrones, las organizaciones piadosas o de caridad, etcétera.
La realidad es que los procesos electorales han resaltado el fracaso de los partidos políticos en captar miembros que formen sus cuadros y con ello el llamado “voto duro”, que lejos de ser condenable como se ha dicho, es la base de una verdadera democracia, pues deben dar forma a programas que pueden o deben orientar a los futuros gobernantes y no en sentido contrario o figurado como en la actualidad.
No me juzgue parcial. No pertenezco a ningún partido, aunque me simpatiza algunas veces el PRI en su intención y no en su accionar; los demás son articulaciones de grupos fácticos o bien populistas que buscan satisfacer necesidades enfermizas.
Miguel Ángel Prado,
Torreón, Coahuila.
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Políticas que tiendan a favorecer la igualdad
En pocas semanas han cambiado de forma drástica las cosas en América Latina. Los proyectos populistas se derrumban. Ahora hay que construir una alternativa que incluya políticas en favor de la igualdad para toda la población y regenere las fórmulas de participación democrática. Sólo así los viejos fantasmas no volverán a ser una amenaza para todo ese gran continente.
Suso do Madrid,
Coruña, España.
